Indonesia ejecuta a tres condenados por los atentados de 2002 en la isla de Bali
Imam Samudra, Ali Gufron 'Mukhlas' y Amrozi, condenados por los atentados de 2002 en una discoteca de la isla indonesia de Bali, han sido ejecutados por un pelotón de fusilamiento en la isla-prisión de Nusakambangan, según han anunciado las televisiones locales.
La ejecución de los tres miembros de la Yemaa Islamiya, brazo de Al Qaeda en el Sudeste Asiático, se esperaba -a pesar de que el Gobierno no había anunciado la fecha- después de que las autoridades y las familias de los terroristas salvaran algunos escollos de procedimiento apenas 12 horas antes. Los condenados habían agotado sin éxito todos los recursos legales disponibles para evitar el ajusticiamiento.
Los reos habían sido condenados a muerte hace cinco años por su participación en la colocación de las dos bombas que mataron a 202 personas en Kuta Beach, Bali, en 2002.
La Policía y la Fiscalía General del Estado notificaron poco antes a las familias de los reos que estaba todo preparado para llevar a cabo las ejecuciones.
Unas horas antes de las ejecuciones, Ali Fauzi, hermano de Amrozi y Ali Gufron, alias 'Mukhlas', llegó al presidio de Nusakambangan, para hacerse cargo de los cadáveres y supervisar el proceso musulmán funerario, que incluye el aseo de los cuerpos.
Según las autoridades, los cadáveres serán transportados en helicóptero hasta las aldeas en las que residen sus familias.
La Fiscalía General del Estado anunció a finales de octubre que los tres reos sería ejecutados "a principios de noviembre", aunque no quiso dar más detalles sobre la ejecución alegando razones de seguridad.
Alerta y llamamientos a la calma
Durante los últimos días se fueron ultimando los detalles del procedimiento: los presos fueron aislados, se concertó la última visita para las familias y se trasladaron hasta el presidio de los tres reos, el pelotón de fusilamiento y tres fiscales de la oficina de Bali.
Las fuerzas de seguridad de Indonesia se encuentran en situación de máxima alerta ante la posibilidad de un atentado terrorista en represalia por la muerte de Amrozi (47 años), Ali Gufron (48 años), e Imam Samudra (38 años).
Los controles policiales han sido reforzados en gran parte de Indonesia, sobre todo en la capital, Yakarta, en la isla de Bali y en todas las infraestructuras estratégicas del país, como vías de transporte y centrales energéticas.
A través de páginas web y mensajes de telefonía móvil, grupos radicales amenazaron el martes pasado con ataques a políticos del país, con una alusión explícita al presidente de la nación, Susilo Bambang Yudhoyono, así como contra las embajadas de Estados Unidos y Australia.
Además, el pasado lunes, tres artefactos explosivos de escasa potencia estallaron en la residencia del gobernador de la provincia indonesia de Molucas del Norte provocando sólo daños materiales.
Antes de las ejecuciones, la mayor organización musulmana del país, Nahdlatul Ulama (NU), llamó a sus cerca de 40 millones de miembros a mantener la calma.
"Pido a todos los miembros de NU que mantengan la calma, estén en alerta y no caigan en la provocación" declaró a la prensa Abu Hapsin, uno de los líderes de la organización en la región central de Java.
Con su llamamiento, Hapsin respondió a los comentarios públicos del clérigo radical Abu Bakar Bashir, considerado líder espiritual del grupo extremista Yemaa Islamiya.
Abu Bakar Bashir señaló que la ejecución de los condenados por los atentados de Bali, era matar de forma injustificada y defendió la inocencia de los tres islamistas.
La Yemaa Islamiya, organización a la que pertenecían los ejecutados, fue fundada en 1995 con el objetivo de establecer un Estado islámico independiente formado por Indonesia, Malasia, Singapur, el sur de Filipinas y Tailandia, y se le atribuyen algunos de los atentados más sangrientos de los últimos años en la región.
Indonesia es el país con mayor población musulmana del mundo, unos 200 millones de fieles, cerca del 90%, y la mayoría profesan un Islám moderado.