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Los países ricos y en desarrollo piensan otra "arquitectura financiera mundial"

  • El G-20 mantine una jornada de dos días de trabajo en Sao Paulo
  • El objetivo es coordinar acciones contra la crisis y una posible reforma del sistema financiero
  • El presidente de Brasil subrayó la necesidad de lograr un "pacto" entre los Gobiernos
  • El G-7, asegura Lula, ya no pueden conducir lso asuntos económicos del mundo
  • Las conclusiones de estas sesiones serán llevadas a la cumbre del G-20 en Washington
  • El presidente del Banco Mundial cree que se puede  "modernización" el sistema financiero

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El G-20 reunido en Brasil

Las mayores economías del mundo, entre industrializadas y en desarrollo, agrupadas en el G-20, comenzaron hoy en Sao Paulo dos días de reuniones en las que buscan coordinar acciones contra la crisis global y una posible reforma del sistema financiero internacional.

En la apertura de la reunión participó el presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, quien subrayó la necesidad de lograr un "pacto" entre los Gobiernos que conduzca a "una nueva arquitectura financiera mundial", para la que considera "esencial" la contribución de los países emergentes.

"Esta es una crisis global y exige soluciones globales. Este es el momento de formular propuestas para un cambio sustantivo en la arquitectura financiera mundial", dijo Lula sobre la reunión, cuyas conclusiones serán llevadas a la cumbre del G-20 que se celebrará el 15 de este mes en Washington.

Lula, que reconoció que "ningún país está a salvo de la crisis financiera", insistió en la necesidad de que los emergentes, entre ellos los cuatro que forman el llamado Bric (Brasil, Rusia, India y China) tengan más peso en un nuevo orden económico mundial.

"Para lograr verdaderas soluciones precisamos hacer un esfuerzo concentrado, vencer la tentación de tomar medidas unilaterales", manifestó el gobernante brasileño. En ese sentido consideró fundamental "aumentar la participación de los países en desarrollo en los mecanismos decisorios de la economía mundial".

En busca del consenso

El presidente del Banco Mundial, Robert Zoellick, que participa en los debates, señaló que una "modernización" del sistema financiero internacional es posible, pero consideró que alcanzar un consenso alrededor de ese objetivo no será tarea fácil.

"Necesitamos modernizar los sistemas multilaterales para incluir voces de países importantes, como Brasil", comentó.

Para que los reclamos de los emergentes no queden en letra muerta, Lula planteó seis principios en los que, a su juicio, deben basarse las reformas: representatividad y legitimidad, acción colectiva, buena gobernabilidad en los mercados domésticos, responsabilidad, transparencia y prevención.

Según Lula, los países avanzados, donde comenzó la crisis, e instituciones como el Fondo Monetario Internacional (FMI) deben tomar la iniciativa y "adoptar medidas para restaurar la liquidez en los mercados".

Primera sesión de trabajo

En esta primera jornada, los participantes analizaron la evolución de la situación económica mundial y las acciones necesarias para responder a la crisis financiera. "La discusión de esta mañana fue muy productiva", declaró el subsecretario para Asuntos Internacionales del Departamento del Tesoro de Estados Unidos, David McCormick.

El "número dos" del Tesoro consideró que en su discurso, el presidente Lula presentó "una visión constructiva de los desafíos" que se enfrentan "y de la necesidad de que las naciones hagan un trabajo conjunto en la dirección de esos desafíos".

Sin embargo, otros participantes han señalado que este momento no es el mejor para plantearse una refundación del sistema financiero internacional, como defienden los países emergentes.

En su discurso de apertura, Lula aprovechó la ocasión para lanzar dardos a las "economías avanzadas" por no regular el funcionamiento de los mercados, lo que condujo a la crisis actual, que puede desembocar en una recesión mundial.

"Las políticas de cada país no pueden transferir riesgos y costos a otros países. Cada país debe asumir sus responsabilidades", aseguró el presidente brasileño, quien reiteró sus críticas a los especuladores financieros que llevaron al sistema a "derrumbarse como un castillo de naipes".

El mundo en manos del G-7

Tampoco escapó de sus comentarios el G-7, ante cuyos representantes dijo que ese grupo por si solo "no tiene ya condiciones de conducir los asuntos económicos del mundo".

El G-20 está formado por los países del G-7 (EE.UU., Canadá, Japón, Alemania, Reino Unido, Italia y Francia), además de Arabia Saudí, Argentina, Australia, Brasil, China, Corea del Sur, India, Indonesia, México, Rusia, Sudáfrica y Turquía, más la Unión Europea (UE) como bloque.

Lula también alertó sobre la "tentación del proteccionismo financiero y comercial" como una salida a la crisis y propuso en cambio "más integración, más comercio, menos distorsiones".