Enlaces accesibilidad

El Gobierno estudia reformar el Plan VIVE tras cien días de vigencia con pocas peticiones

  • En agosto se habían apuntado 18 personas, cifra que se eleva a 47 en septiembre
  • Todavía no hay datos disponibles del mes de octubre
  • Sebastián reconoció en el Senado que el plan "no ha funcionado" como se esperaba
  • En dos años el plan VIVE pretendía la sustitución de 240.000 vehículos

Por
coches aparcados
Las ayudas al automóvil tributan como ingresos en la declaración.

El plan VIVE, de las siglas Vehículo Innovador-Vehículo Ecológico, cumple sus 100 primeros días de vigencia, el periodo que reiteradamente el titular del Ministerio de Industria, Miguel Sebastián, pidió de espera para apreciar sus verdaderos resultados.

  

En el primer mes de vigencia de esta iniciativa sólo se habían acogido a la misma 18 operaciones y a principios de octubre el nivel de aceptación se circunscribía a 47 peticiones, consideradas desde el sector como "insuficientes a todas luces".

Fuentes de Industria han señalado que la cifra total de beneficiarios de este plan se facilitará mañana, pero dada la progresión podría ser inferior al centenar.

En cualquier caso, las peticiones quedan lejos de las previsiones de Sebastián que, al presentar el plan, calculaba que hasta el 31 de julio de 2010 permitiría la renovación de 240.000 vehículos. Para cumplir con ese objetivo deberían registrarse 328 operaciones diarias y hasta ahora, según los datos conocidos, el ritmo es inferior a una al día.

  

El propio ministro reconoció en el Pleno del Senado que esta plan no había funcionado como se esperaba y lo más seguro es que habría de procederse a su reforma pasado ese plazo de primer examen tras los 100 días de actuación. Con la renovación el plan VIVE sería más flexible para contribuir a la recuperación del mercado automovilístico.

Flexibilizar los requisitos

Según fuentes del sector, la reforma podría eliminar el requisito que exige financiar el 100% del coste del vehículo, suprimir el tope de precio de 20.000 euros y rebajar de quince a diez años la antigüedad del vehículo destinado a achatarramiento.

 

El Plan VIVE fue aprobado el 2 de agosto con lo que el primer mes de su gestión se desarrolló en un mes prácticamente inhábil por las vacaciones veraniegas.

Dicho Plan afectaba a los conductores y usuarios que cambiaran un coche de más de quince años de antigüedad por otro nuevo con emisiones de CO2 por debajo de los 120 g/km, o bien hasta 140 g/km, si el coche incorporaba elementos electrónicos de control que aumentasen su grado de seguridad.

  

Las ayudas del plan consistían en una subvención de los tipos interés en los préstamos para comprar estos vehículos, de tal modo que los primeros 5.000 euros estaban exentos de interés y al resto, hasta su amortización en cinco años, se le aplicaba tipo de interés de mercado.

Críticas al plan

  

Estas condiciones fueron duramente criticadas por el sector automovilístico, que consideró las ayudas "insuficientes" e "inoportunas", pues establecían unas líneas de financiación a través de entidades bancarias en un contexto de endurecimiento de las condiciones de la concesión de créditos ante la crisis económica y los riesgos de morosidad.

El sector ha reiterado una vuelta a las ayudas directas para los conductores que cambien su coche para la compra de otro nuevo, en condiciones similares a las que estipulaba el extinto Plan Prever.

  

Así, ha sido denominador común en las reclamaciones al Gobierno, por parte de las Administraciones Públicas, que las ayudas se extiendan a vehículos con diez años de antigüedad, que se incluyan los vehículos de ocasión en buen estado y que la compra no se limite a coches de un nivel determinado de contaminación.

  

Asociaciones sectoriales, como la patronal de concesionarios Faconauto, aseguraban que una medida de estímulo como las que proponían, casi en sintonía con las del antiguo Plan Prever, se reducirían en diez puntos porcentuales las fuertes caídas de matriculaciones de los últimos meses.