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Condenan a 17 años de cárcel a los dos jóvenes que mataron a una indigente en un cajero

  • Han sido considerados autores de un asesinato con alevosía
  • El jurado ha descartado el ensañamiento, tal y como solicitaba la fiscalía
  • El tribunal impone una indemnización de 46.000 euros a la familia de la víctima
  • Además, prevé otra indemnización de más de 23.000 euros para La Caixa
  • Los hechos ocurrieron en 2005, cuando quemaron a una mujer en un cajero

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17 años de cárcel para los dos jóvenes que quemaron viva a una indigente

La Audiencia de Barcelona ha condenado a 17 años de prisión por asesinato a Oriol Plana y a Ricard Pinilla, los dos jóvenes que en diciembre de 2005 quemaron viva a una mendiga en un cajero automático de Barcelona junto a otro menor de edad.

La sentencia, dictada por la sección décima de la Audiencia, condena a los jóvenes por un delito de asesinato con alevosía y otro de daños por los desperfectos que causaron en el cajero automático, propiedad de La Caixa.

El tribunal ha impuesto el pago de una indemnización de 46.000 euros para la madre y la hija de la indigente y otros 26.719 euros para La Caixa por los daños provocados en el cajero.

Durante el juicio, en el que inicialmente el fiscal pidió una condena de 28 de prisión, los dos imputados se mostraron arrepentidos de los hechos y aseguraron que sólo tenían intención de molestar.

En su dictamen, la Audiencia de Barcelona considera que el fuego, especialmente,  cuando se utiliza con acelerantes, "es un medio esencialmente  alevoso" porque denota "de manera inequívoca" la intención de  asegurar el delito.

Por este motivo, ha rechazado la agravante de  ensañamiento que solicitaba la parte acusatoria -que pedía 25 años  por el delito de asesinato con alevosía y ensañamiento y otros tres  por daños- al considerar que el fuego era un medio especialmente cruel.

Un brutal crimen dentro del cajero

El crimen ocurrió la madrugada del 16 de diciembre de 2005, cuando  Ricard P.B. y Oriol P.S., acompañados del menor J.J.M.R. -ya  condenado a ocho años de internamiento- lanzaron varios objetos a  María Rosario E.P., que se había refugiado en un cajero de la calle  Guillem Tell para pasar la noche, y después vertieron disolvente en  el suelo, el bidón se les cayó y Ricard P.B. prendió fuego con un  cigarrillo, lo que provocó una potente deflagración. La víctima  falleció dos días después a causa de las graves quemaduras. 

Según ha declarado probado la Sección Décima y como se puede ver en el vídeo de seguridad del cajero, la agresión se inició entre las 1.38 y las 1.44 horas del 16 de diciembre de 2005, cuando Ricard P.B. y Oriol P.S. lanzaron varios objetos, como una naranja y una botella de plástico, a María Rosario E.P., que se había refugiado en un cajero de la calle Guillem Tell para pasar la noche.

Tras un breve forcejeo, la mujer logró cerrar el pestillo, pero volvieron más tarde acompañados del menor J.J.M.R. -ya condenado a ocho años de internamiento-, y "urdieron una trampa" para lograr que les abriera la puerta. El joven, al que la víctima no conocía, le pidió que le abriera para extraer dinero y María Rosario E.P. accedió.

Los acusados -que durante el juicio pidieron perdón a la familia de la fallecida y dijeron que sólo querían darle "un susto"- y el menor entraron con "objetos contundentes" como tubos de cartón rígido y duros que encontraron en un saco de escombros cercano y golpearon a la mujer "repartiéndose entre sí los alternativos papeles agresores" hasta que salieron instantes más tarde.

Sonrieron después de quemarla

Sobre las 4.10 horas, los tres regresaron con un bidón -en el que había "como mínimo" cinco litros de disolvente-, que cogieron del andamio que cubría el inmueble, que estaba siendo restaurado, y que olieron "para confirmar la certeza de la clase de sustancia de que se trataba".

Ricard P.B. entró fumando en el cajero junto al menor J.J.M.R., quien portaba el bidón, y Oriol P.S. se quedó fuera sujetando la puerta abierta, "garantizando así la inmediata huida". Mientras, J.J.M.R. empezó a verter "a escasa distancia" parte del líquido, pero, como la garrafa pesaba, "se le venció" y se derramó "su contenido casi por completo". Ricard P.B. esperó a tirar la colilla hasta que el menor llegó a la puerta.

En las imágenes del vídeo, puede verse a los acusados "sonrientes" tras la potente deflagración y abandonando el lugar sin auxiliar a la víctima ni llamar a los servicios de emergencias, que llegaron minutos más tarde y encontraron a la mujer aún con vida.