Bruno Delaye, embajador de Francia: "Es obvio que España tiene que estar en el G-20"
El embajador de Francia ve obvio que España esté en el G-20
La cumbre de Washington es una invitación a buscar soluciones comunes
Hay que aprovechar la crisis para hacer una industria europea
Zapatero y Sarkozy comparten intereses económicos
"Es obvio que un país como España, siendo la octava potencia económica, debe estar en la cumbre del G-20". Así de contundente ha sido el embajador de Francia en nuestro país, Bruno Delaye. Lo ha dicho en el programa ' Los Desayunos de TVE' , donde también ha señalado que sería bueno que se replanteara la composición de estos foros.
Delaye considera que la Unión Europea debería aprovechar la crisis económica que atravesamos, para plantear una "industria europea", en algunos sectores que trascienden a las fronteras de los países, como es el caso de la automoción. El embajador también ha hablado sobre la buena relación que mantienen los Presidentes de España y Francia a pesar de sus diferencias ideológicas.
No es un club cerrado
"En la última reunión de los ministros de finanzas del G-20 ya surgieron protestas de algunos de los países emergentes, como Brasil, que pidieron más capacidad de decisión. No se puede continuar en un pequeño club cerrado, donde se toman muchas e importantes decisiones, con poca transparencia", ha dicho Bruno Delaye, quien considera que la reunión del sábado será el inicio de "un proceso de trabajo profundo e histórico", que ha comparado con el que tuvieron hace más de 50 años los padres de Bretton Woods para sentar las bases del sistema financiero internacional.
Coche eléctrico europeo
Delaye ha destacado el liderazgo obtenido por la UE en esta crisis, " donde ha sabido tomar decisiones y salir fortalecida", y cree que se debería aprovechar la coyuntura económica para abordar cambios en algunos sectores industriales como el de automoción. "Sería bueno que Europa construyera el primer coche eléctrico del Planeta", ha añadido.
Sintonía Zapatero y Sarkozy
La buena relación existente entre Zapatero y Sarkozy, a pesar de sus diferencias ideológicas se debe, según Bruno Delaye, a una buena química personal y a que comparten intereses "como el Proyecto europeo, la búsqueda de más peso de Europa en el mundo, una visión pragmática de la economía, las nuevas infraestructuras a través de los Pirineos y, por supuesto, la lucha contra el terrorismo".