El concierto de Sigur Rós en Madrid no fue un sueño
- El grupo islandés reventó anoche el aforo de La Riviera.
- Sigur Rós presentó las canciones de su último álbum, "Með Suð í Eyrum Við Spilum Endalaust".
- Esta noche tocan en el Sant Jordi Club de Barcelona, con el cartel de 'completo'.
No fue un sueño pero estuvo a punto de serlo. Todo lo que hizo Sigur Rós en el concierto ofrecido anoche en La Riviera, en Madrid, tenía todos los ingredientes para hacernos creer que estábamos en otro lugar. No sólo por el sonido -excelente-, sino también por la nube de humo que envolvió a los islandeses durante todo el recital como en un bosque encantado, o su forma de tocar los instrumentos, hasta aporrearon las guitarras con baquetas.
La canción del Ágætis byrjun, "Svefn-g-englar" ya hizo entrar en situación al personal. Jónsi, voz y líder de la banda, comenzó con su peculiar forma de tocar la guitarra, con un arco de violín. Apareció ataviado con una casaca y purpurina en la cara, como salido de un cuento. El momento en que cantó contra el cuerpo de la guitarra y los focos amarillos perfilaron su silueta, ya marcaron el tipo de espectáculo que íbamos a vivir.
Puro rock
Sigur Rós ofreció una ración de rock y otra de canciones envolventes bastante equilibradas. Hubo momentos de batir palmas. El primero, a la cuarta canción, procedente de su último álbum titulado "Með Suð í Eyrum Við Spilum Endalaust". Con "Við spilum endalaust" hasta saltamos.
Jónsi también jugó un poco con el público. Todos quedamos boquiabiertos cuando empezó a hablar en islandés, aunque luego, ya en inglés, nos invitó a corear con él la siguiente canción, la que dio entrada a "Inní mér syngur vitleysingur", otro de los momentos apoteósicos de la noche, tal vez el 'hit' del último disco.
Para ese tema, Georg Hólm, el bajista de la banda y Orri Páll Dýrason, el batería, cambiaron sus instrumentos por los xilófonos. Jónsi se unió a Kjartan Sveinsson en el teclado y se marcaron un dueto.
Momentos de escalofrío
Una cosa que saben hacer bien estos príncipes del país de los glaciares es poner la piel de gallina. Al menos así ocurrió con la esperada "Sæglópur", del cuarto álbum de la banda -"Takk"-, y, sobre todo, con "Festival" y "All Right", de su último trabajo. Las increíbles filigranas vocales de Jónsi nos hicieron olvidar que estábamos completamente rodeados de seguidores.
La guinda llegó antes del bis, cuando Jónsi invitó al escenario a los teloneros, los también islandeses For a Minor Reflection, que aparecieron con sus tambores. Como hiciera su compatriota Björk en la gira veraniega, tocaron todos juntos, ellos con sus percusiones, y bañaron al público con confeti y mucho ritmo.
Espectáculo increíble
La potente puesta en escena de Sigur Rós fue redonda gracias a las proyecciones de vídeo y luz. Como nota original, había cámaras en micrófonos, en el curioso órgano encajonado que llevaban o encima del teclista. Se intercalaron primerísimos primeros planos con luces que parecían llamas titilantes e imágenes previamente grabadas.
Lo de anoche fue un espectáculo de principio a fin. La promotora Iguapop ya llevaba anunciando hace semanas que las entradas estaban agotadas, por ello hubiera merecido un recinto mucho más grande. Seguro que también lo hubieran reventado.