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Bush reitera que hará falta tiempo para que las medidas que se tomen en la cumbre surtan efecto

  • El presidente estadounidense pide cautela ante la expectación creada por la cumbre
  • Asimismo, se ha mostrado esperanzado en superar la crisis
  • Por su parte, los líderes europeos llegan a Washington con una visión muy distinta
  • Sarkozy intentará la puesta en marcha de amplias reformas en el plazo de 100 días
  • Gordon Brown apunta a dar más voz a Asia y a otras economías emergentes

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El presidente de EEUU, George W. Bush, ha reiterado que hará falta tiempo para que las diferentes medidas ya acordadas y aquellas que pudieran sugir de la cumbre del G-20 en Washington surtan efecto, aunque mostró su confianza en superar la actual crisis

"Los mercados de crédito están empezando a descongelarse y las empresas están empezando a obtener financiación a corto plazo. Hará falta más tiempo para que estas mejoras tengan lugar completamente y habrá que hacer frente a más días difíciles, pero EE.UU. y sus socios están dando los pasos adecuados para salir de la crisis", dijo Bush en su discurso radiofónico semanal. 

En este sentido, el presidente de EE.UU. ha indicado que durante la cumbre que se celebrará en Washington trabajará junto con el resto de líderes participantes en sentar las bases para reformar el sistema, mejorar la transparencia de los mercados y garantizar que tanto los mercados, como las entidades y productos financieros son adecuadamente regulados. 

"Todos estos pasos requieren acciones decisivas por parte de los gobiernos de todo el mundo, aunque al mismo tiempo debemos reconocer que la intervención gubernamental no lo cura todo", apuntó Bush, quien volvió a hacer hincapié en que el libre mercado es el camino más seguro para el crecimiento económico sostenido.

Europa llega a la cumbre oficialmente en recesión

Y mientras Bush prepara su discurso, los líderes europeos llegan a Washington con el Viejo Continente oficialmente en recesión y con una ambiciosa agenda para la reforma de los mercados financieros, que el presidente saliente de EE.UU., George W. Bush, ve con recelo.

La cumbre del G-20 arranca esta noche con una cena de jefes de Estado o Gobierno en Washington. En terreno estadounidense, los líderes europeos plantearán una visión de la crisis que dista mucho de la del presidente Bush. Según la visión predominante en Europa, sin una mayor regulación es inevitable que se repitan las turbulencias que han convulsionado a los mercados mundiales durante los últimos meses.

La actual crisis es fruto, en gran medida, de la ingeniería financiera ideada por los "gurús" de Wall Street, que diseñaron, bajo la mirada ausente de los reguladores, complejos instrumentos financieros respaldados por hipotecas de alto riesgo a las que las agencias de calificación dieron su visto bueno.

Reformas en 100 días

Con ese escenario como telón de fondo, Sarkozy llega a Washington con la intención de alcanzar un acuerdo que permita la puesta en marcha de amplias reformas en el plazo de 100 días. Esas reformas incluirían un sistema para detectar con antelación posibles desequilibrios en los mercados financieros.

Dada la resistencia de Washington a las regulaciones y el hecho de que el presidente electo de EE.UU.,  el demócrata Barack Obama, no estará presente en la cumbre, la opinión dominante parece ser que el encuentro no se traducirá en cambios drásticos. No obstante, Obama enviará a dos emisarios, la ex secretaria de Estado demócrata Madeleine Albright y el ex legislador republicano Jim Leach, que establecerán los primeros lazos del futuro Gobierno de EE.UU. con los países emergentes y las naciones más industrializadas

"No podemos esperar un milagro de esta cumbre, que fue idea de Europa, sino el comienzo de un proceso que dará lugar a un programa acabado en 100 días", dijo el presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso en una entrevista que publica hoy el diario alemán Sueddeutsche Zeitung.

Aun así, la canciller alemana Angela Merkel ha dicho antes de partir hacia EE.UU. que es necesario que los líderes del G20 "actúen". Insistió en que la crisis todavía no está superada y es necesario ponerse de acuerdo en un marco general para endurecer los estándares reguladores e incrementar la transparencia.

Por su parte, el británico Gordon Brown, una de las voces más respetadas en medio de la actual crisis, quiere reformar los organismos multilaterales para dar más voz a Asia y otras economías emergentes, e insiste en la necesidad de mayores acciones coordinadas para impulsar el crecimiento. Los observadores señalan que la propuesta de Brown sobre el crecimiento podría toparse con menos resistencia que otras propuestas en la que se ha bautizado como "Cumbre sobre los Mercados Financieros y la Economía Global".

Mañana sábado arrancarán las reuniones plenarias con una foto de grupo, y se espera que en torno a las 3 de la tarde (21.00 horas en España), el encuentro concluya con una declaración institucional de Bush.