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Obama se resiste a dejar de 'chatear' por imperativo legal

  • Según la ley, las comunicaciones del presidente deben ser grabadas y públicas en el futuro
  • Los asesores del presidente esperan que pueda seguir usando las nuevas tecnologías
  • Obama usa intensivamente su teléfono móvil para mandar mensajes personales

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Obama habla por el teléfono móvil.
Obama habla por el teléfono móvil.

El primer presidente estadounidense 2.0 --que ha movilizado a sus seguidores a través de internet--, va a tener que contener su uso de las nuevas tecnologías. Y no porque no tenga tiempo, sino por imperativo legal: Obama tendrá que apagar su teléfono móvil en apenas dos meses por motivos de seguridad nacional.

Durante años, Obama ha estado pegado a su dispositivo móvil. En pocas ocasiones se ha podido ver al candidato demócrata separado de su BlackBerry a lo largo de su intensa campaña política. Dicen que incluso el día de las elecciones seguía chateando con sus seguidores por Twitter con mensajitos a través del móvil.

En el verano, según recuerda Univision, las cámaras de televisión le mostraron mirando su BlackBerry mientras estaba en un juego de fútbol de su hija. La próxima primera dama, Michelle Obama, le dio una palmada en las manos a su esposo, haciéndole que regresase el aparato a su cartuchera.

Pero si la ley no cambia, tendrá que dejar de hacerlo, ya que uno de los requisitos que conlleva el cargo es que todas las comunicaciones del presidente deben estar recogidas de forma oficial y pasar a disposición del público al cabo de los años. Además, la normativa (Presidential Records Act) también exige que los presidentes se deshagan de sus cuentas particulares de correo electrónico por temor a que puedan ser interceptados.

De momento, Obama no ha dado de baja su cuenta de correo de siempre, y ya ha demostrado que quiere revolucionar las comunicaciones de la Casa Blanca, como hizo este fin de semana convirtiendo el tradicional mensaje radiofónico del presidente en un vídeo publicado en YouTube.

El presidente se resiste

Según el New York Times, sus asesores confían en que pueda sortear algunas restricciones y sea el primer presidente que pueda trabaje con su ordenador portátil en el despacho oval. También destacan que para su líder, es "muy importante tener información no filtrada". "Me imagino que le va ser muy difícil adaptarse a la nueva situación", ha dicho una de sus consejeras, Linda Douglass.

 

George W. Bush ya se reveló ante estas imposiciones y tres días antes de su primer acto político como presidente electo mandó un mensaje a 42 amigos y conocidos explicándoles que ya no iba a poder usar el correo electrónico.

"Como no quiero que personas extrañas lean mis conversaciones privadas, la única solución que encuentro es no responder los e-mails a través del ciberespacio", escribió Bush en uno de sus últimos correos desde la antigua dirección G94B@aol.com. "Esto me entristece. Me ha alegrado hablar con cada uno de vosotros".

Los que estuvieron junto a Bush, como su ex portavoz Scott McCellan (que luego apoyó a Obama) creen que pasará igual ahora: "Aunque ha prometido un gobierno abierto y transparente, dudo que el presidente electo esté interesado en someter sus comunicaciones personales a ese patrón".