Redescubren en una isla indonesia a uno de los primates más pequeños del planeta
- El tarsero pigmeo no se había visto vivo desde 1921
- De grandes orejas y ojos, tiene un aspecto muy parecido a un 'gremlin'
- Es uno de los primates más pequeños y más raros del mundo
- Un grupo de investigadores ha capturado a tres ejemplares en una isla indonesia
Del tamaño de un ratón, con enormes ojos y orejas, unos primates casi mitológicos han sido 'redescubiertos' en la isla indonesia de Sulawesi -antiguas Célebes- ochenta años después de ser dados por extinguidos.
Se trata del tarsero pigmeo, los primates más pequeños que existen, aunque no ha sido vista durante casi un siglo, tiene una referencia cinematográfica clara: 'Gizmo', el gremlin bueno que, cuando se moja, da lugar a sus hermanos malos que dieron fama a esa película de terror de los 80.
Tras dos meses de búsqueda, un grupo de investigadores ha capturado a tres de estas criaturas -dos machos y una hembra- en el monte Rore Katimbo, en el parque nacional Lore Lindu. También han identificado a un cuarto ejemplar.
'Peluches' mordedores
Pese a su aspecto de oso de peluche, estos animales no estaba muy felices de ser capturados. De hecho, uno de ellos ha mordido a una investigadora mientras trataba de sujetarlo un ayudante mientras le ponía un collar con un dispositivo de radio alrededor del cuello.
"Es muy difícil sujetarlos porque pueden girar sus cabezas hasta 180 grados. Mientras trataba de cerrarle el collar, volvió su cabeza y me mordió en el dedo", ha detallado Sharon Gursky-Doyen, de la Universidad de Texas, que ha participado en la expedición.
Los collares se los han colocado para seguir sus movimientos en su hábitat remoto.
Los tarseros es un grupo de primates que agrupa a especies que viven en varias islas asiáticas. Esta especie en concreto se caracteriza por su pequeño tamaño- pesa en torno a 50 gramos- , comen insectos nocturnos y tienen zarpas en los dedos de los pies.
Desde 1921 no se veía a un tarsero pigmeo con vida, aunque en 2000 científicos indonesios que cazaban ratas en las tierras altas de la isla de Sulawesi mataron por accidente a uno de ellos.
"Hasta ese momento, nadie pensaba realmente que existiesen, porque la gente los había estado buscado durante décadas y no los había encontrado", ha explicado Gursky-Doyen a la revista New Scientist.