Aubry, el retorno de la 'dama de las 35 horas'
- Fue la introductora de la polémica reforma de la jornada laboral
- Ministra de Trabajo en dos ocasiones, es alcaldesa de Lille desde 2001
- Se presenta como la defensora de los valores más izquierdistas del partido
La ex ministra de Trabajo y alcaldesa de Lille Martine Aubry, conocida como la introductora de la jornada de 35 horas semanales en Francia, una de las reformas más discutidas en la última década en Francia, ha conseguido arrebatarle a Ségolène Royal el liderazgo del Partido Socialista francés (PS), regresando así al centro de la escena política y reivindicando el anclaje más izquierdista de la formación.
Hija del ex presidente de la Comisión Europea Jacques Delors, Aubry, de 58 años, vuelve al primer plano tras años de silencio y de desengaños electorales en su feudo del norte de Francia.
Divorciada y madre de un hijo, es una mujer de estilo sobrio, casi austero, que representa la antítesis de su rival, acusada con frecuencia de aprovechar su capacidad de seducción más que sus ideas políticas y de realizar un acercamiento glamouroso a la política en el país de los intelectuales.
Las 35 horas
Aubry estudió en la Escuela Nacional de la Administración, el prestigioso centro en el que tradicionalmente se forman las élites del funcionariado francés, y es experta en cuestiones sociales.
Entre 1991 y 1993 ya formó parte del Gobierno como ministra de Trabajo, aunque alcanzaría notoriedad ejerciendo entre 1997 y 2000 como ministra de Empleo en el Gobierno del socialista Lionel Jospin, al introducir una reforma emblemática y controvertida para la reducción de la jornada semanal. En palabras del semanario de izquierda Le Nouvel Observateur, fue "la gran sacrificada de los años Jospin".
Una década después, la ley de las 35 horas semanales, que ella aún defiende, sigue recibiendo críticas y la derecha, que ya ha recortado algunas de sus decisiones, ha prometido eliminarla.
Feudo del Norte
En el ámbito local, ha sido diputada por la circunscripción Norte de 1997 a 2002, cuando sufrió un duro revés al ser derrotada por un candidato desconocido de la derecha, Sébastien Huyghe. Es alcaldesa de Lille, la capital minera del Norte, desde 2001, un cargo que le asegura el respaldo de la poderosa federación del Norte.
En marzo de 2008 fue reelegida con el 66,5% de los votos, una amplia victoria que le dio la oportunidad de aspirar al liderazgo nacional del PS. No obstante, siempre se ha jactado de no pertenecer a ninguna corriente, por lo que se presentaba como una candidata de consenso del aparato del partido.
A lo que no ha renunciado es a fustigar el liberalismo, reafirmando su credo de izquierdas y oponiéndose a cualquier alianza con el centro, como plantea Ségolène Royal. De este modo, ha sabido capitalizar la formación de un frente anti-Ségolène para alcanzar al jefatura del PS.