La cumbre para salvar el atún naufraga entre fuertes divergencias
- Los 46 países reunidos en Marraquesch, en la "última oportunidad" para restringir la pesca
- España defiende recortar la pesca durante el mes de mayo
- Los ecologistas quieren que se extienda el cierre del cerco industrial a junio y julio
- Los empresarios advierten del coste de empleos de cerrar la pesca en esas fechas
- Las negociaciones se prolongarán hasta la madrugada
Los 46 países participantes en la reunión de la Comisión Internacional para la Conservación del Atún Atlántico (ICCAT) finalizan su penúltimo día de sesiones con fuertes divergencias en torno a los puntos esenciales.
Esta tarde a las 20:00 horas se ha iniciado el último encuentro del día, en el que las partes contratantes más importantes, incluida la Unión Europea (UE), Japón, Estados Unidos y Marruecos, tenían previsto abordar, entre otros aspectos, las discrepancias en torno al control de las pesquerías y al total admisible de capturas (TAC).
"Hay que llegar a una solución mañana. No podemos prorrogarlo más", ha asegurado el director general de Recursos Pesqueros, Fernando Curcio, según el cual España "ha querido transmitir un modelo responsable de gestión, documentación, etiquetado, control y sensibilización".
Hasta altas horas de la madrugada
Esta decimosexta reunión extraordinaria, que se inauguró el pasado lunes en la ciudad marroquí de Marraquech y finaliza este lunes, está considerada por la UE como "la última oportunidad" para conseguir introducir restricciones en la pesca del atún rojo, que se encuentra en situación crítica.
"Estamos ante una pesquería absolutamente fuera de control, es la más importante del mundo y lo que se está discutiendo es si la salvamos o no", ha advertido el responsable de pesquerías de la ONG Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF), Raúl García.
En estos momentos, según informaron fuentes de la delegación española, "todas las opciones están abiertas" y las negociaciones "podrían alargarse hasta altas horas de la madrugada".
Propuesta española
"Desde la Administración central española vamos a buscar que se preserve el interés general de la sostenibilidad de la pesquería y de los pescadores", ha indicado Curcio, asegurando que España está "trabajando para que haya más medidas de control".
"Sucede muy a menudo que en este tipo de poblaciones pesqueras migratorias o transzonales, que son gestionadas por diversos Estados costeros, cuando todos los países no adoptan los controles la población se resiente, y aquellos que han cumplido, y doy fe de que los españoles lo han hecho, salen perjudicados", sostuvo el responsable español.
Para Juan Serrano, director general adjunto del Grupo Balfegó, que gestiona cuatro de los seis barcos de la flota pesquera española, las medidas de control y su respeto son "lo más importante para salvar la pesquería", dado que en estos momentos "al que le cogen pescando más de la cuenta no le pasa nada".
España, a través de la UE, aboga por recortar la actividad pesquera durante el mes de mayo, revisar las derogaciones de talla mínima y suprimir algunas granjas del Mediterráneo "sobredimensionadas".
Los ecologistas piden el cierre de la pesquería
Grupos ecologistas como WWF y Greenpeace, sin embargo, defienden que "lo único que puede salvar la población de atún rojo es el cierre de la pesquería de cerco industrial durante mayo, junio y julio", los tres meses de reproducción durante los cuales indican que se produce "la mayoría de las capturas legales e ilegales".
El "status quo" que según los ecologistas la UE y España "están tratando de imponer", con una cuota total de 25.500 toneladas y el cierre de la pesquería el 15 de junio, "es incomprensible pues supone el golpe de gracia al atún rojo".
Para el representante del grupo Balfegó, en cambio, "si España ha hecho todo lo que ha podido, podemos decir que no pinta nada en la Comunidad Europea", porque no ha tenido en cuenta según él los empleos que se perderían en el caso de que se cerrara la actividad pesquera ese día.
Los intereses de las partes implicadas, desde un punto de vista económico, político y ecologista, se mantienen por lo tanto enfrentados, a la espera de que se alcance este lunes una resolución para el año que viene, que contribuya a salvar la considerada por todos como "la pesquería más importante del mundo".