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La justicia alemana libera al último cabecilla de la Fracción del Ejército Rojo

  • Cristian Klarr fue condenado en 1982 a cadena perpetua acusado de nueve asesinatos
  • En el último año tuvo 14 permisos de salida de los que regresó con puntualidad
  • La banda terrorista fue fundada en los 70 como reacción a Vietnam y al imperialismo
  • Hasta su disolución, en 1998, se le atribuyen 30 víctimas mortales
  • Klar tiene una oferta de la Berliner Ensemble para hacer prácticas en este teatro

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La Audiencia Territorial de Stuttgart, en el sur de Alemania, ha anunciado este lunes la puesta en libertad de Christian Klar, considerado como el último cabecilla en prisión de la Fracción del Ejército Rojo (RAF). 

Esta banda terrorista, fundada en los años 70 por Andreas Baader y Ulrike Meinhof como reacción a la guerra de Vietnam y el "sistema imperialista", causó hasta su disolución en 1998 30 víctimas mortales.

Tanto la Fiscalía federal como la dirección de la penitenciaría de Bruschal han aconsejado la liberación de Klar, de 56 años, debido a su "evolución positiva". 

La puesta en libertad se hará efectiva el 3 de enero de 2009, en cuanto cumpla los 26 años de cárcel, en respuesta a una sentencia de 1998, según la cual no podría ser liberado antes de ese periodo por la grave culpabilidad de sus crímenes. 

Klar, que en el último año tuvo 14 permisos de salida de los que regresó siempre "puntualmente", seguirá cinco años en libertad condicional.

La etapa más sangrienta de la RAF

Christian Klar estuvo implicado en todos los atentados de la segunda generación de la RAF, considerada como la etapa más sangrienta. A la misma corresponden los asesinatos del presidente de la patronal Hanns Martin Schleyer, del fiscal general Siegfried Buback y del banquero Jürgen Ponto.

El reo fue detenido en noviembre de 1982 tras años de persecución y fue condenado en abril de 1985 a cadena perpetua por nueve asesinatos y once intentos de asesinato.

La mayoría de sus acciones son las conocidas como el "Otoño alemán" de 1977. El capítulo más negro fue el secuestro de Schleyer para exigir la liberación de Baader, su novia Gudrun Ensslin y Jan-Carl Raspe, otro histórico de la RAF.

Los tres reos aparecieron muertos en su celda, después de que un grupo del cuerpo de élite alemán tomara en Mogadiscio un avión de Lufthansa secuestrado por un comando palestino que asimismo exigía la liberación de los presos. La respuesta fue el asesinato de Schleyer.

Acciones colectivas

Klar fue condenado como cabecilla de la segunda generación, que dirigió junto con Brigitte Mohnhaupt. Hasta ahora se desconoce la autoría de sus atentados, puesto que la organización consideró todos sus actos "acciones colectivas". Al silencio de la RAF se sumaron varias chapuzas en las investigaciones, asimismo por esclarecer.

Mohnhaupt salió de la cárcel en 2007. Klar vio denegadas dos solicitudes de indulto: la primera, en 2003, por el entonces presidente del país, Johannes Rau, socialdemócrata; la segunda, en 2007, por el actual presidente, el conservador Horst Köhler.

Klar había expresado en esa primera petición su "comprensión" por los sentimientos de los familiares de las víctimas y expresado su "pesar" por el dolor infligido a éstos.

Los allegados de los fallecidos, como el hijo del fiscal Michael Buback, consideran que ello no equivale a pedir perdón -como no lo hizo la RAF, en su comunicado de disolución- y exigen saber quién fue el asesino material de los crímenes.

Mohnhaupt salió en 2007, Klar lo hará en 2009, mientras seguirá en prisión una última presa de la RAF, Birgit Hogefeld, de 52 años y en la cárcel desde 1993.

Hogefeld, detenida en el operativo policial de Bad Kleinen en que murieron su correligionario Wolfgang Grams y un policía, perteneció a la tercera generación de la RAF, en cuya cuenta está el asesinato del presidente del Deutsche Bank, Alfred Herrhausen.

Sin declaraciones públicas

Klar tiene una oferta del director general de la Berliner Ensemble, Claus Peymann, para hacer unas prácticas en ese teatro, fundado por Bertolt Brecht.

El reo ha anunciado que no hará apariciones ni declaraciones públicas. En 2007, justo tras su segunda petición de indulto, se generó un gran revuelo al salir a relucir su mensaje de saludo a un congreso en memoria de Rosa Luxemburgo, en que expresaba su anhelo de que se consume la "derrota del capitalismo".