Bruselas propone un plan de recuperación económica de 200.000 millones para frenar la crisis
- La cifra supera los 130.000 millones que había propuesto Alemania y llega al 1,5% del PIB
- La mayor parte, 170.000 millones de euros, lo aportarían los 27 estados miembro
- La Comisión Europea fija en dos años la vigencia del plan pasado en el impulso fiscal
- Barroso reconoce que la situación es "grave" pero que "con pesimismo no se supera"
La Comisión Europea ha propuesto un plan de relanzamiento económico que asciende a 200.000 millones de euros, lo que supone un 1,5% del Producto Interior Bruto europeo. Ahora tiene que ser aprobado por los estados miembros.
El dinero lo aportarían los estados miembros, los fondos europeos y el Banco Europeo de Inversiones, que aportaría 16.000 millones. Su vigencia sería de dos años y se basa en poner en marcha un impulso fiscal coordinado por los 27.
Esta cantidad es superior a los 130.000 millones de euros (1% del PIB) que Alemania había propuesto la semana pasada en las negociaciones.
El plan no contiene grandes cantidades de dinero a nivel europeo, ya que los límites del presupuesto de la UE están bloqueados hasta 2013. De los 200.000 millones, la mayoría (170.000) se enmarcará dentro de políticas nacionales de los 27 y los 30.000 millones restantes se incluirían en políticas de la Unión Europea.
Las medidas nacionales representarán un 1,2% del PIB europeo, mientras que los fondos europeos solamente representarán el 0,2%, según fuentes europeas.
El presidente de la Comisión Europea, José Manuel Barroso, se ha mostrado convencido de que el plan conseguirá aumentar la confianza y generar millones de empleos con la combinación de medidas a corto plazo con otras a largo para evitar crisis futuras.
Barroso, que ha comparecido para explicar el plan, afirma que la acción coordinada "alcanzará el impacto que la acción nacional no podría hacer por sí sola". El presidente de la Comisión ha reconocido que la "situación es difícil y grave" pero ha advertido de que "el problema no se va a resolver con pesimismo".
El comisiario de Economía de la UE, Joaquín Almunia, ha explicado que el plan se basa en un impulso fiscal coordinado para romper el "círculo vicioso" originado por la falta de confianza y convertirlo en "círculo virtuoso" para volver a la senda del crecimiento.
Almunia ha subrayado que las medidas fiscales nacionales pueden tener afectos beneficiosos a corto plazo en cada país pero que, si no se coordinan estas políticas entre todos los países, "uno más uno da menos de dos o, incluso, cero".
Además, el plan propone medidas estructurales, apoyar a los sectores más débiles y mecanismos para supervisar las políticas.
Tanto Barroso como Almunia han dejado claro que la coordinación no significa que todos los países deban aplicar las mismas medidas, sino que tienen que adaptarlas a la situación específica de su economía.
Una "caja de herramientas"
Lo que propone la Comisión es una "caja de herramientas" para que cada país coja las que necesite. Además de la reorganización de los fondos ya adjudicados o la aceleración de las inversiones previstas, el plan recoge una serie de posibles acciones que pueden poner en marcha los gobiernos nacionales.
La Comisión sugiere a los estados miembros aumentar el gasto público en favor de los sectores más desfavorecidos. Una de las medidas que propone, por ejemplo, es alargar de forma temporal los subsidios de desempleo.
Rebaja de impuestos
Bruselas apunta también la bajada de los impuestos indirectos como el IVA para "dar un impulso fuerte al consumo". Propone también incentivos fiscales en favor de la economía "verde" y la lucha contra el calentamiento climático además de políticas centradas en sectores particularmente tocados como el del automóvil y la construcción.
Para la Comisión, el plan "está previsto para un periodo máximo de dos años (2009-2010). Después de este periodo, "los estados miembros deberán corregir el deterioro presupuestario y volver a los objetivos de equilibrio de las cuentas públicas", según fuentes comunitarias.
El objetivo del plan es ayudar a "estimular la demanda", "restaurar la confianza de los consumidores" y "limitar" el impacto de la recesión sobre "los más vulnerables".