Esperanza Aguirre: "En la huida pisé muchos charcos de sangre"
- Aguirre explica que escapó en medio de una "ensalada de tiros"
- Durante la huida, perdió las alpargatas y "pisé muchos charcos de sangre"
- Aguirre y sus acompañantes han llegado sanos y salvos a Madrid
Recién llegada a Madrid tras escapar milagrosamente ilesa de los atentados que han causado más de 100 muertos en Bombay, la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, serena y cansada, ha relatado cómo consiguió escapar del infierno en que se convirtió el hotel Oberai.
Aguirre ha explicado que el grupo con el que viajaba, que era una delegación de empresarios y políticos de Madrid, se había dividido en dos. Un pequeño grupo que iba por delante y su grupo, que llegó más tarde al hotel porque se entretuvo visitando una institución benéfica dirigida por la religiosa madrileña Sor Isabel Martín en Bangalore.
Ese retraso hizo que Aguirre llegara al Oberai una hora y media más tarde que los primeros de su delegación, que, al estar ya registrados en el hotel, estaban en sus habitaciones y se quedaron allí atrapados, mientras que Aguirre y el resto de los que la acompañaban lograron escaparse. La presidenta de Madrid confirma que los atrapados son Álvaro Rengifo, de Isolux, y Alejandro de la Joya, de Ferrovial, además de un tercer empresario que no iba con su viaje oficial.
Descalza y entre charcos de sangre
Sin embargo, la huida no fue fácil. Aguirre explica que, tras pasar por la recepción tradicional india, accedió al gran hall del Oberoi, donde se encontró con Narciso Foxá, alcalde de la localidad de Majadahonda y amigo suyo de la infancia. Foxá estaba allí para repatriar el cadáver de su hermano, fallecido en La India poco antes.
Conmocionada con las noticias que le daba Foxá sobre su hermano, Aguirre no se percató de que empezaba el asalto al hotel. "Sólo cuando se convirtió en una rafaga de metralleta claramente pude prestar atención a lo que estaba sucediendo¿, recuerda la presidenta de la Comunidad. En ese momento, Foxá y Aguirre se dieron cuenta de que el personal del hotel había sacado ya a toda la delegación a la carrera y que "literalemente éramos los últimos".
"Como arreciaba la ensalada de tiros, nos tiramos debajo de la mesa de la recepción. Una empleada de Promo Madrid vino a buscarnos. Se me salió la alpargata y me descalcé", ha contado Aguirre, que explica que, después, los empleados los ocultaron en las cocinas y otras instalaciones del Oberoi hasta que las fuerzas de seguridad lograron sacarlos a la calle.
En esa enloquecida carrera hacia la calle, Aguirre recuerda que iba descalza y que "pisé muchos charcos de sangre", aunque ella no vio heridos. "En cambio, Narciso Foxá sí que vio a una mujer tirada y ensangrentada", asegura.
Una vez liberados, Aguirre y sus compañeros de viaje emprendieron el viaje hacia el aeropuerto más cercano, con la idea de salir cuanto antes. Sin embargo, por el camino se encontraron con el enorme atasco producido por otra bomba que había estallado en una de las terminales del aeródromo. Eso obligó a su conductor a tomar rutas alternativas. "Fue el peor momento porque estábamos atrapados y pensábamos que nos podían poner otra bomba allí mismo".
Una vez en el aeropuerto, logró embarcar en el último vuelo de Lufthansa hacia Europa y, tras hacer escala en Zurich, Suiza, ha llegado a Madrid.
Gratitud y tranquilidad
Esperanza Aguirre ha querido lanzar un mensaje de tranquilidad asegurando que todos los miembros de su delegación que siguen en Madrid están en buen estado. También ha tenido palabras de gratitud para todos los que se han preocupado por ella. "Hago votos para que los que están en la residencia del cónsul puedan salir cuanto antes, en cuanto llegue el avión que ha enviado el Gobierno", asegura la presidenta.
En su comparecencia, Aguirre ha tenido un momento para el humor al señalar que se va a plantear su agenda en los últimos meses de cada año, en referencia al accidente de helicóptero que sufrió hace un año en Madrid. "Voy a tener que poner antideslizante en la bañera", ha bromeado.
La familia de Esperanza Aguirre acudió a recibirla al aeropuerto de Barajas, desde donde se trasladó a la Puerta del Sol, sede del Gobierno de la Comunidad de Madrid, para dar explicaciones sobre lo que sucedió en Bombay.