Un estudio afirma que dietas y cremas antioxidantes no frenan el envejecimiento
- Concluye que no hay pruebas claras de que los antioxidantes frenen la aparición de arrugas
- Se echa por tierra una tesis con más de 50 años de antigüedad
- Los científicos defendían desde 1956 que los antioxidantes son casi un elixir de juventud
- La industria cosmética tiene un filón de oro en las dietas y cremas antioxidantes
- En el estudio se han usado gusanos nematodos para estudiar el envejecimiento
- Los gusanos a los que se eliminó el exceso de radicales libres no vivieron más tiempo
- El estudio matiza que una dieta saludable previene enfermedades, pero no las arrugas
La arruga parece haber ganado la batalla a la industria cosmética: Un estudio de la University College London ha concluido que, para tratar de frenar el envejecimiento, de nada sirve seguir una dieta rica en verdura, cereales y fruta, o aplicarse cremas contra los efectos de los radicales libres.
"No hay una prueba clara" de que los antioxidantes frenen la aparición de arrugas, afirman los autores de esta investigación, que pone en tela de juicio una teoría que tiene más de medio siglo de historia: la de que los antioxidantes son una especie de elixir de juventud.
La investigación, que publica la revista Genes and Development en su último número, recuerda que en 1956 los científicos aseguraron que el envejecimiento es causado por el daño celular que causan las formas reactivas del oxígeno, conocidas como radicales libres.
Los radicales libres -moléculas de oxígeno que tienen un desequilibrio entre electrones y protones- se generan en el cuerpo a través de procesos naturales como el metabolismo. Estos radicales libres pueden causar la oxidación en el organismo, de forma similar a cuando el hierro se oxida cuando es expuesto al oxígeno.
Según esta teoría, los antioxidantes tienen la capacidad de retardar o prevenir esa oxidación, es decir, son capaces de contrarrestar los efectos nocivos de los radicales libres.
Esos antioxidantes pueden ser exógenos o endógenos: los primeros son aportados principalmente por alimentos como las frutas, las verduras y los cereales, y los segundos son producidos por el mismo organismo como un mecanismo de defensa intrínseco: enzimas y coenzimas súper oxido dimutasas, gatalasa y ácido úrico.
Por tierra una tesis de más de 50 años de historia
Los autores del estudio cuestionan esta tesis y explican las razones por las cuales no ha habido nunca una teoría definitiva al respecto, algo que vinculan además a que las industrias de la belleza y la salud han encontrado un filón de oro en las citadas dietas y cremas antioxidantes.
Para demostrarlo, realizaron su experimento con gusanos nematodos, una especie que pese a lo lejos que está de los seres humanos, comparte con ellos un buen número de genes y tiene una vida corta que permite a los científicos estudiar el proceso de envejecimiento en un lapso de tiempo no muy largo.
El director del equipo investigador, David Gems, explicó que manipularon genéticamente a los gusanos para que pudieran eliminar el exceso de radicales libres y comprobaron que su esperanza de vida no variaba con respecto a los gusanos no manipulados.
El daño por oxidación, no tan importante
Esto sugiere, dijo Gems, que "el estrés por oxidación" no es un factor tan importante en el envejecimiento de nuestras células y tejidos como se había mantenido hasta el momento.
"El hecho es que no sabemos demasiado sobre los mecanismos clave del envejecimiento y la teoría de los radicales libres ha servido para llenar un vacío de conocimiento durante más de 50 años, pero no sirve para refutar la evidencia", señaló este investigador.
Gems añade como conclusión que "está claro que la oxidación forma parte del proceso, pero sólo juega un pequeño papel en la historia; claramente el daño por oxidación no es un causante universal ni principal del proceso de envejecimiento".
Esto no quiere decir, matiza, que una dieta equilibrada y saludable no ayude a prolongar la vida, pero es porque previene enfermedades como el cáncer, la diabetes y la osteoporosis, no las arrugas.
Habrá que volver a consolarse con el viejo dicho de que "la arruga es bella".