La pareja acusada de dejar a la niña Alba en coma se contradice en el juicio
- Piden 19 años de cárcel para la madre de la niña y 26 para su pareja sentimental
- La madre asegura que no estaba en casa y que no sabía que él maltratara a la niña
- Su pareja dice, sin embargo, que sí estaba y que la niña se dio un golpe al caerse de la cama
- La madre dijo que su pareja le advirtió de que si preguntaban dijera que la niña se había caído
- Alba, que tenía cinco años, quedó con lesiones cerebrales y ahora va en silla de ruedas
Sus testimonios se contradicen. La madre de Alba y su pareja sentimental -acusados por las agresiones que dejaron a la niña en silla de ruedas- se han contradicho en la primera sesión del juicio.
El hombre ha dicho que él y la madre encontraron a la niña en el suelo inconsciente tras caerse de la cama y la madre ha asegurado que en el piso sólo estaban Alba y el acusado y que éste bajó con la niña inconsciente en brazos diciendo que si alguien preguntaba dijera que se había caído.
Ana María C. y Francisco Javier P. son los dos acusados por el "caso Alba", cuyo juicio se celebra desde este jueves en la Audiencia de Barcelona por las palizas que en 2006 dejaron a la pequeña Alba -de cinco años entonces- en coma. Ahora Alba tiene secuelas cerebrales y no puede caminar por lo que va en silla de ruedas. Para los acusados piden 19 y 26 años de cárcel respectivamente.
Los acusados se exculpan
Francisco Javier P. ha asegurado que en la casa en el momento de los hechos estaban la pareja y dos niñas (Alba, hija de Ana; y Maite, su hija). Afirma que los adultos y Maite estaban en el salón cuando escucharon un ruido, que fueron al dormitorio y encontraron a Alba en el suelo tras caerse, según él, de la cama.
Sin embargo, Ana María C. -que sólo ha respondido a las preguntas de su abogada, no a las del fiscal ni las acusaciones particulares- ha afirmado que cuando ocurrieron los hechos ella y Maite estaban fuera de la vivienda y que cuando volvieron la encontraron en el suelo. Ana María C. ha añadido que no pensó que su hija pudiera correr peligro cuando en marzo de 2006 la dejó a solas con su pareja.
La madre de Alba ha asegurado que nunca vio que su hija tuviera moratones y que sólo en dos o tres ocasiones se percató que cuando la niña se quedaba a solas con Francisco Javier P. ésta la llamaba, pero no le dio importancia, por lo que el 5 de marzo de 2006, cuando el acusado se quedó a cargo de la menor no pensó que la niña pudiera correr peligro.
"Caso Alba"
El caso ocurrió en Montcada i Reixac y conmocionó a la opinión pública, puso de manifiesto problemas de coordinación de las administraciones y provocó la firma de un protocolo para mejorar la atención a la infancia.
La Generalitat y la Fiscalía piden 26 y 19 años de prisión, respectivamente, para cada uno y que indemnicen con 1,5 millones de euros a la menor porque necesitará apoyo de por vida a causa de las graves secuelas de las palizas.
La Generalitat imputa a la madre de Alba, Ana María C., y a su pareja, Francisco Javier P. un delito continuado de lesiones, violencia habitual y un delito continuado de tratos inhumanos y degradantes.
El Ministerio Público les acusa de intento de asesinato, de violencia doméstica habitual y delito continuado contra la integridad física. La parte acusatoria solicita la misma pena para los dos procesados al entender que si bien él pudo maltratar a la menor, lo hizo con la aquiescencia de ella.
El padre de Alba no sospechó
El padre de la pequeña, Álvaro Caldas, ha señalado que nunca sospechó de los malos tratos. Entrevistado en Radio Nacional, ha confirmado que la niña dice "papá", es muy alegre e "imita ruidos de animales".
Caldas ha añadido que Alba no quería volver a casa de su madre pero que pensó que era por "problemas en la pareja" o porque "había mal ambiente", también apunta que como la mayoría de los golpes eran en la cabeza la niña no presentaba moratones.
Según el escrito de la Fiscalía, entre noviembre de 2005 y marzo de 2006, los dos imputados, o al menos Francisco Javier P. "con el conocimiento y la aquiescencia" de Ana María C. -quien "no trató en ningún momento" de proteger a su hija-, agredieron a Alba en diversas ocasiones.
En dos ocasiones, el acusado ató a la niña a una silla del comedor, le obligó a tragarse sus propios vómitos, le tapó la boca con cinta aislante y le introdujo agua con una jeringuilla.
Brutal paliza
La noche del 4 de marzo de 2006, cuando se disponían a ir a una fiesta, Francisco Javier P.E. le dijo a su compañera que bajara a la calle con su hija, mientras él le ponía la chaqueta a Alba, y así lo hizo la imputada, "aceptando, en consecuencia, las elevadas posibilidades de que su hija sufriera un grave atentado contra su integridad física".
La niña, de cinco años, extremadamente delgada, fue agredida "de forma brutal". Su padrastro le propinó bofetadas, puñetazos y la tiró al suelo o contra la pared "con gran violencia", lo que le ocasionó un traumatismo craneoencefálico, que la dejó en coma, y una parada cardiorrespiratoria.
Cuando llegó al Hospital Vall d'Hebron, fue intervenida de urgencias y sometida a diferentes operaciones para tratar los problemas respiratorios, neurológicos, hemodinámicos, dermatológicos, hematológicos que presentaba. Además, sufría fiebre y desnutrición extrema por "la falta de cuidados y asistencia mínimos imprescindibles".
La menor sufrió "numerosas complicaciones médicas, algunas de las cuales persisten en la actualidad y se prevén definitivas". De hecho, necesita ayuda para realizar las actividades de la vida diaria e, incluso, para mover su silla de ruedas, ya que sufre tetraparesia, falta de movilidad de las extremidades.