La UE cicatriza sus heridas y se rinde al nuevo estilo de Sarkozy
- El presidente francés pide una Europa más ambiciosa y menos aburrida
- Los países del Este agradecen su "energía y carisma" para lograr acuerdos
- Los 27 sellan un pacto climático y contra la crisis y miran a Estados Unidos
- Las organizaciones ecologistas critican el 'paquete' climático de la UE
- Alemania y la presidencia checa recelan del nuevo liderazgo de Sarkozy
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Un acuerdo para reducir las emisiones de CO2 un 20% en 2020 que no tiene equivalente en el mundo. Un pacto para invertir de manera coordinada 200.000 millones de euros en dos años. Un compromiso para repetir el referéndum en Irlanda y rescatar el Tratado de Lisboa de sus cenizas.
Si cuando se topó con el no irlandés a comienzos de su mandato al presidente francés Nicolás Sarkozy le dijeran que tendría un balance tan positivo, no se lo creería.
Por eso, al terminar "su" presidencia ha comparecido con la satisfacción del deber cumplido. "En contra de la costumbre de Europa, hemos hablado un poco menos y hemos hecho bastante más", ha subrayado ante los medios de comunicación.
Es más, considera que ahora "la imagen de Europa es más fuerte de la que era al comienzo de la presidencia francesa, los acontecimientos nos han acompañado".
Más hechos y menos aburrimiento
Los éxitos logrados han permitido incluso al presidente francés expresar su visión personal de lo que deberá ser la Unión Europea. Para él, la UE debe marcarse objetivos más ambiciosos, además de poner fin a las reuniones "mortalmente aburridas".
Sarkozy ha explicado que sólo cuando se establecen grandes objetivos los países comunitarios son capaces de dejar a un lado sus "intereses egoístas" y, a su juicio, ésa ha sido la clave del éxito del último Consejo Europeo.
"El mundo tiene necesidad de Europa, pero de una Europa que haga y diga cosas, que sea capaz de asumir riesgos", ha señalado el mandatario francés.
Además ha considerado que, en otras cumbres, "ha faltado ambición" y eso llevaba a los países a centrarse en sus intereses nacionales, dejando en un plano secundario el bien común.
También se ha mostrado partidario de una organización más ágil y de no llenar las agendas de las cumbres con multitud de temas pequeños "para los que ya están los consejos de ministros".
"Necesitamos una Europa de grandes ambiciones, con menos formalismos, menos acreditaciones y sin el aburrimiento mortal de las reuniones", ha recalcado.
Elogios a Sarkozy
Detrás de estas afirmaciones de Sarkozy está también la autoridad ganada al frente de la UE en estos seis meses. El presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso, ha elogiado su "impaciencia positiva", mientras que el presidente del Parlamento Europeo, Hans-Gert Pottering ha alabado su "actitud muy enérgica".
Pero los mayores halagos le han llegado de los países tradicionalmente más euroescépticos, los de Europa central y del Este.
"Gracias a su energía y carisma ha sido capaz de tomar decisiones de manera poco convencional, sin verse relegado por el trabajo detallista de los burócratas", ha señalado el primer ministro polaco, Donald Tusk.
En el otro lado de la balanza están sus encontronazos con Alemania, que se ha mostrado muy reacia al intervencionismo de Sarkozy, sobre todo en economía.
Es más, el rotativo alemán Franfurter Allgemeine Zeitung lamentaba en su editorial de este viernes "la manera en que París ha dejado de lado a Berlín" y se ha quejado de que el nuevo favorito de Sarkozy "se llama Gordon Brown".
Mensaje a EE.UU.
Este giro atlantista de la presidencia francesa -reforzando las relaciones con los socios de EE.UU. en el viejo continente, es decir, los británicos y los países del antiguo eje soviético- se ha traducido en un llamamiento abierto al nuevo presidente estadounidense tras acabar la cumbre.
"Nuestro mensaje a nuestros socios mundiales es: 'Si, vosotros podéis...especialmente a nuestros socios americanos", ha asegurado Barroso tras acabar la cumbre.
El objetivo es que la Administración Obama se sume al acuerdo climático de la UE que, sin embargo, ha recibido fuertes críticas de las organizaciones ecologistas,
"Este es el buque insignia de una política de la UE sin bandera, una tripulación en motín y con varios agujeros en él", ha denunciado Sanjeev Kumar, de WWF / Adena.
El problema es que la propuesta francesa que se ha acordado finalmente amplía la cuota de solidaridad para compensar a los países del Este -que por este motivo le están muy agradecidos a Sarkozy-, cuyos fondos vendrán de proyectos de energía limpia.
¿Una nueva Europa?
Sin embargo, más allá de estos acuerdos, la última cumbre de la presidencia francesa se recordará por el cambio de rumbo en la ratificación del Tratado de Lisboa.
El primer ministro irlandés, Brian Cowen, ha aceptado convocar una nueva consulta en enero de 2010 a cambio de que se mantenga la regla de un comisario por cada estado miembro en la Comisión Europea y gracias, de nuevo al "valiente" Sarkozy.
Con este panorama, es normal que la República Checa, sucesora de Francia al frente de la UE, mire con recelo el relevo."Ha sido una presidencia bastante imperial", se ha burlado el viceprimer ministro checo, Alexander Vondra.
Sin embargo, Sarkozy hace oídos sordos. "Estoy seguro que los mejores años de Europa están por llegar...si queremos continuar por este camino", ha concluido a modo de legado.