Algunas rocas que chocan contra la Tierra proceden de un cometa extinto hace miles de años
- Vídeo cortesía del Profesor José M. Madiedo (Universidad de Huelva - CIECEM)
Un equipo de investigadores, compuesto por tres científicos españoles y un inglés, ha descubierto que algunas rocas que chocan contra la Tierra tienen su origen en un cometa extinto hace miles de años.
La investigación, cuyos resultados serán publicados en el próximo número de la revista Monthly Notices of the Royal Astronomical Society, ha analizado un enjambre de fragmentos procedentes de un cometa que produjeron bolas de fuego que fueron visibles en agosto de 2007 en toda España.
Estas bolas de fuego fueron registradas por las cámaras de la Red Española de Bólidos y Meteoritos, ubicadas en toda la península.
Los fragmentos más grandes tenían una masa de entre uno y diez kilos y alcanzaron la Tierra a una velocidad de 81.000 kilómetros por hora. El fragmento más brillante, casi tan luminoso como la luna llena, se desintegró a 72 kilómetros de la superficie terrestre, sobre Isla Cristina (Huelva), por lo que el bólido ha recibido el nombre de esa localidad.
Gracias a las imágenes de estos fragmentos registradas en las diferentes estaciones de detección se ha podido determinar con precisión sus trayectorias en la atmósfera y sus órbitas, lo que ha demostrado que su origen se encuentra en el Sistema Solar.
Descubrimiento fascinante
Según ha manifestado Josep María Trigo, uno de los miembros del equipo investigador, "lo más sorprendente es que las órbitas de estos fragmentos están claramente asociadas a un conjunto de asteroides próximos a la Tierra que, en realidad, son fragmentos de un cometa extinto".
Para Trigo, esta circunstancia "resulta fascinante porque generalmente se piensa que los cometas se desintegran por completo dejando solo pequeñas partículas formando enjambres".
Existen tres asteroides -catalogados como 2008ED69, 2004LA12 y 2001MG1- cuyas órbitas no solo son similares en la actualidad, sino que su evolución bajo las perturbaciones gravitatorias de los planetas señala "una clara asociación con esos fragmentos", ha señalado el equipo investigador.
El estudio ha logrado demostrar que hay una conexión química entre los asteroides y los fragmentos. Para ello, los investigadores obtuvieron el espectro de uno de los bólidos, registrado junto sobre la localidad onubense de Lucena del Puerto, casi tan luminoso como la Luna.
Su composición química resultó ser similar a los meteritos llamados 'condritas', que incluyen a los objetos más primitivos del Sistema Solar. Además, las rocas tienen muy baja consistencia, lo que provocó que se fragmentaran al atravesar la atmósfera terrestre.
El origen fue la fragmentación de un cometa
El equipo de investigadores ha señalado que el origen de este complejo de cuerpos que están actualmente en órbitas muy próximas a la Tierra fue la fragmentación de un cometa.
La evolución de los fragmentos y del asteroide 2008ED69 ha permitido concluir que el enjambre se formó en uno de estos períodos: 3.900 a.C., 1.800 a.C. o 300 d.C.
"Ésta es una de las fascinantes aplicaciones de los estudios de grandes bolas de fuego ya que, incluso cuando no sobreviven meteoritos, éstas permiten determinar el origen, la naturaleza y la evolución de algunos de los objetos que están cruzando hoy en día la órbita de la Tierra", han afirmado los investigadores.
Para el equipo de científicos, "esto es particularmente importante para aquellos asteroides que podrían suponer un peligro futuro para la humanidad y de los que resulta crucial definir sus propiedades físico-químicas para evaluar a qué peligro nos enfrentaríamos en el caso de un impacto".
El equipo que ha realizado esta investigación está compuesto por Josep María Trigo, del Consejo Superio de Investigaciones Científicas (CSIC) y del Instituto de Estudios Espaciales de Cataluña; José María Madiedo, de la Universidad de Huelva; Iwan Williams, de la Queen Mary University Of London; y Alberto Castro-Tirado, del Instituto de Astrofísica de Andalucía (CSIC).