El escándalo Watergate y la caída de Richard Nixon
- En junio de 1972 cinco hombres asaltaron la sede del comité electoral de los demócratas
- Su misión era colocar micrófonos para espiar al partido opositor de cara a las elecciones
- Detrás del asalto estaba el comité de reelección del presidente Richard Nixon
- Mark Felt, Garganta Profunda, comenzó a flitrar información a The Washington Post
- El número 2 del FBI en ese momento se veía a escondidas con Woodward
- Nixon acabó dimitiendo el 8 de agosto de 1974
En la madrugada del 17 de junio de 1972, cinco hombres asaltaron la sede del comité electoral del Partido Demócrata en el hotel Watergate, en Washington. Los presuntos ladrones pillados in fraganti fueron detenidos.
Lo que podía haberse quedado en un "robo de tercera", como lo llegó a definir Nixon, se convertiría en el mayor escándalo político de los Estados Unidos que acabó con la primera dimisión de un presidente.
Fue tras las informaciones publicadas por The Washington Post, gracias a las filtraciones del entonces número 2 del FBI, Mark Felt, conocido como Garganta Profunda, y ahora fallecido.
Pero los detenidos, "vestidos con traje, con billetes de 100 dólares en los bolsillos" no eran simples ladrones. Su misión era instalar micrófonos y cámaras para realizar escuchas en el cuartel de los demócratas.
The Washington Post informó de lo ocurrido al día siguiente: "Cinco hombres, uno de los cuales es, al parecer, un antiguo empleado de la Agencia Central de Inteligencia, fueron detenidos a las 2.30 horas de la mañana de ayer en lo que, según las autoridades, era un complejo plan para colocar micrófonos en las oficinas del Comité Nacional Demócrata".
Los dos periodistas del Washington Post que destaparon el escándalo, Carl Bernstein y Bob Woodward, escribieron al día siguiente su primer artículo conjunto en el que identificaron a uno de los ladrones como W. McCord, que había trabajado en el comité para la reelección de Nixon.
En la agenda de dos de los ladrones se encontró el número de teléfono de Howard Hunt con una anotación a su lado que ponía "Casa Blanca".
Los periodistas comenzaron a tirar del hilo y descubrieron que los detenidos estaban vinculados tanto con Hunt, ex agente de la CIA, como con otro antiguo miembro del FBI Gordon Libby.
Bernstein y Woodward contaron con la ayuda del entonces número 2 del FBI, Mark Felt, o más conocido como Garganta Profunda, que les recomendó que siguieran "la pista del dinero".
Según cuenta Woodward en el artículo que publicó en 2005 cuando se supo quién era Garganta Profunda, Bernstein viajó a Miami, donde vivían cuatro de los detenidos, y descubrió que el ingreso de 25.000 dólares en la cuenta de uno de los detenidos provenía de los fondos de la campaña de Nixon.
El 1 de agosto de 1972 se publicó el primer artículo en el que se relacionaba por primera vez la campaña de Nixon con el Watergate.
El 10 de octubre de 1972 el Washington Post informó de que una investigación policial había concluido que el asalto a las oficinas del Watergate formaban parte de un plan de espionaje y sabotaje para favorecer la reelección de Nixon, que a pesar del escándalo, consiguió ganar las elecciones presidenciales del 7 de noviembre de ese mismo año.
En enero de 1973 un juez declaró culpables a McCord y el ex agente del FBI Gordon Libby por el plan para asaltar la sede demócrata.
Siguen las investigaciones periodísticas, judicial, la ordenada por el propio Gobierno y la que ha puesto en marcha el mismo Senado. Es en esta cámara donde un ex consejero de Nixon confiesa que discutió con el presidente el plan para ocultar el asalto.
En julio de 1973, la ex secretaria presidencial revela que Nixon graba todas sus conversaciones.
El presidente se negó a entregar las cintas y las transcripciones que pasó contenían importantes lagunas. En julio de 1974 el Tribunal Supremo da la razón a los que demandan las cintas.
La Cámara de Representantes abre entonces un proceso de impeachment contra Nixon, que finalmente decide dimitir el 8 de agosto.
Confidencias en un garaje
Tras saberse quién era Garganta Profunda, Woodward explicó que conoció a Mark Felt cuando este era director adjunto en el FBI y él un teniente de la Marina. Coincidieron en la Casa Blanca cuando el futuro periodista hacía tareas de mensajería.
Woodward no tenía muy claro que hacer con su vida y probó suerte con el periodismo. Tras no pasar una prueba de dos semanas en The Washington Post se puso a trabajar por el Sentinel donde comenzó a contactar con Felt como fuente informativa. Un año después le contratarían en el Post.
Al principio Woodward llamaba por teléfono y visitaba en su casa a Felt, pero éste puso fin a estos encuentros y estableció un sistema para verse.
Si el periodista necesitaba algo, movería una maceta de su ventana. Felt lo vería y le haría llegar la hora de la cita escrita en la página 20 del ejemplar The New York Times al que estaba suscrito Woodward.
Los encuentros eran de madrugada, en un garaje, al que el periodista debía llegar andando después de que un taxista le dejara a varias manzanas de allí. Toda precaución era poca para destapar el escándalo que acabó con la presidencia de Nixon.