Leterme se descarta para el próximo Ejecutivo belga
- Lo ha confirmado su portavoz a la prensa y ha dicho que no desempeñará ningún papel
- El rey Alberto II se ha reunido estudiando su dimisión con la presidente de los Demócratas
- Cobra fuerza la hipótesis de que el nuevo primer ministro sea Jean-Luc Dehaen
El portavoz del hasta ahora primer ministro belga, Yves Leterme, ha confirmado a la agencia de noticias Belga que no seguirá en el cargo, ni formará parte de la nueva formación de Gobierno que proponga el Rey Alberto II.
Ha sido el propio Leterme quien ha expresado su deseo de no desempeñar "ningún papel en el próximo Ejecutivo", según ha confirmado la misma fuente. Esta tarde ya se descartaba que Leterme, perdida toda credibilidad tras cuatro intentos de dimisión y reiteradas crisis en lo que va de legislatura, retomase el cargo, pero aún se apuntaba la posibilidad de que el Rey le ofreciese ser el ministro encargado de Presupuesto en la nueva coalición.
El monarca ha mantenido esta tarde un encuentro con la presidenta del Partido Democristiano Flamenco (CD&V), Marianne Thyssen, que lidera la coalición gubernamental, después de no haber recibido durante el día a ningún líder político como había anunciado la Casa Real.
Los rumores de que el nuevo jefe del Gobierno podría ser el actual presidente del Congreso, Herman Van Rompuy, han decaído y cada vez cobra más fuerza la hipótesis de que el elegido será el ex primer ministro Jean-Luc Dehaene (CD&V).
El diario flamenco De Standaard asegura que Dehaene estaría dispuesto a aceptar el reto, pero sólo con carácter transitorio hasta las elecciones regionales y europeas de junio.
Thyssen preferiría, sin embargo, que el sustituto de Leterme permaneciese en el cargo hasta el final de la legislatura, en 2011, según este periódico.
Después de tres días de negociaciones, Alberto II aún no ha admitido la dimisión del Ejecutivo, ni se ha propuesto la fórmula para sacar al país de la crisis.
Bélgica vive sumida en la incertidumbre desde que el pleno del Gobierno presentase su renuncia el viernes, tras haber sido acusado de presionar al poder judicial para evitar la detención del proceso de venta de Fortis, la principal entidad bancaria y de seguros del país y el primer empleador privado.