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La junta golpista de Guinea legitima su golpe en la corrupción del gobierno anterior

  • La junta militar convoca a líderes políticos y sociales para exponer sus planes
  • El capitán Camara ha prometido elecciones "libres, creíbles y transparentes"

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Tras el entierro del presidente fallecido, Lansana Conté, la junta militar que ha tomado las riendas del poder en Conakry busca su legitimidad tanto en el ámbito nacional como internacional mediante una serie de reuniones que han tenido lugar hoy en el cuartel Alpha Yaya Diallo.

Según las emisoras de radio regionales captadas en Dakar, la junta, liderada por el capitán Moussa Dadis Camara, pretende justificar el golpe de estado perpetrado apenas horas después del anuncio de la muerte de Conté, que ha dirigido de forma autoritaria el país durante 24 años.

Los altos cargos de la jefatura anterior, entre ellos el ex presidente de la Asamblea Nacional, Aboubacar Somparé, que debería haber asumido la presidencia interina durante dos meses para organizar unas elecciones presidenciales, acudieron a la primera reunión convocada por los militares a las 10.00 GMT.

Los dirigentes de los principales partidos políticos, los líderes sindicales y varias personalidades religiosas, también estuvieron presentes en la reunión.

Corrupción del Gobierno anterior

Después de guardar un minuto de silencio en memoria del difunto presidente, el capitán Camara se dirigió a los asistentes para explicar las razones que llevaron a los miembros del ejército a dar el golpe de estado, quien destacó "la irresponsabilidad y la incapacidad" del Gobierno y del Parlamento.

Camara, que denunció además la corrupción y la falta de credibilidad de las instituciones estatales, aclaró que su intención es devolver el poder a los civiles tras la celebración de unos comicios "libres, creíbles y transparentes" tras restablecer la confianza del pueblo y llevar a cabo las reformas convenientes.

El capitán afirma tener como modelo a seguir a Amadou Toumani Touré, el actual presidente de Mali, autor del golpe de estado de 1991 que acabó con el régimen de Moussa Traoré. 

Touré, quien prometió devolver el poder a la población de Mali, cumplió con su promesa, al contrario que "otros militares que se olvidaron de su compromiso".

Tras la reunión, la junta se entrevistó con los representantes de organizaciones y países que han condenado el golpe de estado: la Unión Africana (UA), la Comunidad Económica de los Estados de África Occidental (CEDEAO), la Unión Europea (UE), la ONU, y los embajadores del G8 y de Rusia.

Estas instituciones, junto con los líderes de los partidos de la oposición, han exigido la convocatoria de elecciones durante el próximo año.

Apoyo de Senegal

Por otra parte, los golpistas cuentan con el apoyo del presidente senegalés Abdoulaye Wade, quien ha pedido la comprensión de la comunidad internacional y ha instado a los países vecinos de Guinea a que se abstengan de cualquier intervención.

"Los militares han tomado el poder para evitar ajustes de cuentas y para proteger a la familia de Lansana Conté", ha declarado Wade. La actitud del presidente de Senegal, que refleja el diario "Le Quotidien" con el titular de su portada "Wade, padrino de la junta guineana", ha sido duramente criticada por la 

población de su país.

Sin embargo, no es la primera vez que Wade, máximo mandatario de Senegal desde el 2000, adopta esta postura, puesto en 2005  apoyó de la misma manera a Faure Ñasingbe, cuando éste intentó proclamarse presidente de Togo para suceder a su padre tras su muerte.