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Benedicto XVI propone una revisión profunda del modelo de desarrollo económico

  • Para el Pontífice católico, se debe poner a los pobres en el primer lugar
  • Violencia, odio y desconfianza, "las formas de pobreza tal vez más terribles", ha dicho
  • Ha ofrecido "la contribución de la Iglesia católica a un nuevo orden mundial digno del hombre"
  • En la homilía de la primera misa del año, se ha referido al conflicto en Gaza
  • Ha pedido una paz que piden "los corazones" de la mayoría de israelíes y palestinos

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El Papa, contra la pobreza

"La violencia, el odio y la desconfianza son las formas de pobreza -tal vez las más terribles- que hay que combatir", ha afirmado Benedicto XVI en la primera misa del año oficiada en la basílica de San Pedro, dedicada a María Madre de Dios y en un día en el que la Iglesia católica celebra la 42 Jornada Mundial de la Paz con el lema: "Combatir la Pobreza, luchar por la paz".

El Papa ha señalado que, en el Día Mundial de la Paz, la pobreza impide que las personas y las familias vivan de acuerdo a su dignidad, "ofende a la justicia y a la igualdad y pone en peligro la coexistencia pacífica".

En esa línea, se ha preguntado si con la actual crisis económica global estamos dispuestos a hacer juntos una revisión profunda del modelo de desarrollo económico y que así lo exigen "el estado de salud del planeta y, sobre todo, la crisis cultural y moral cuyos síntomas son evidentes desde hace tiempo en cada parte del mundo".

Ofrece la contribución de la Iglesia católica a un nuevo orden mundial

En la alocución tradicional tras el rezo del Angelus ante los fieles congregados en la Plaza de San Pedro, al finalizar la misa, Benedicto XVI ha declarado que desea dialogar con los responsables de las naciones y de los organismos internacionales y "ofrecer la contribución de la Iglesia católica para la promoción de un nuevo orden mundial digno del hombre".

En esa alocución, ha dicho que su primer objetivo para el nuevo año es invitar a todos, "gobernantes y simples ciudadanos", a no desanimarse frente a las dificultades y los fracasos y a renovar sus compromisos.

"La segunda parte de 2008 ha hecho emerger una crisis económica de vastas proporciones. Tal crisis debe ser examinada en profundidad, como un síntoma grave que requiere intervenir sobre las causas", ha referido.

Para el Papa no bastan parches, se debe poner a los pobres en el primer lugar y ello significa pasar decisivamente a la solidaridad global "que ya Juan Pablo II había indicado como necesaria, concertando la potencialidad del mercado con la de la sociedad civil en el constante respeto de la legalidad y tendiendo siempre al bien común".

Benedicto XVI ha agregado que Jesucristo, "Príncipe de la Paz", no ha organizado una campaña contra la pobreza, pero ha anunciado a los pobres el Evangelio para un rescate integral de la miseria moral y material de la misma.

Violencia en Gaza como respuesta a otra violencia

Antes, en la homilía de la misa, el Pontífice se ha referido al conflicto entre israelíes y palestino que sacude los últimos días Gaza. Durante la homilía, el Obispo de Roma ha abordado la situación que vive estos días la franja de Gaza y ha dicho que una vez más está en peligro la paz "por el estallido masivo de la violencia en la Franja de Gaza en respuesta a otra violencia".

Ha expresado preocupación y temor por el futuro, aunque también esperanza para vivir en paz, seguridad y dignidad. Ha dicho que "el profundo deseo de vivir en paz sale de los corazones de la gran mayoría de la población israelí y palestina", y ha confiado en que "con la sabia y previsora contribución de todos" se darán respuestas concretas a la aspiración de vivir en paz, seguridad y dignidad.

Ha recordado a todos los que allí sufren, en especial "a la pequeña pero ferviente parroquia de Gaza".

Una revolución pacífica, no ideológica

Además, Benedicto XVI ha precisado que es necesario evaluar el fenómeno de la globalización y que frente a pandemias extendidas, la pobreza infantil y la crisis alimentaria, "lamentablemente" volvemos a denunciar la "inaceptable carrera de armamentos".

"Por un lado -ha matizado- celebramos la Declaración Universal de los Derechos Humanos y, por otro, está el aumento de los gastos militares en violación de la Carta de las Naciones Unidas, que se compromete a reducirlos al mínimo".

Ha diferenciado la pobreza "elegida" de la pobreza "a combatir", la que oprime a tantos hombres y mujeres y amenaza la paz de todos, y ha afirmado que "debemos redescubrir la sobriedad y la solidaridad, que son valores evangélicos y, sin embargo, valores universales".

El Papa ha distinguido la pobreza y la opción propuesta por Jesús, quien encarnó "una revolución pacífica, no ideológica, pero sí espiritual", de la lucha contra la pobreza para hacer que el mundo sea más justo y unido.