Gazprom tiende la mano a Ucrania para retomar las negociaciones sobre el precio del gas
- El consorcio ruso cambia de estrategia y pide volver al diálogo
- Su vicepresidente quiere que los ucranianos acudan a Moscú
- Este sábado Rusia anunció que presentará una demanda contra Ucrania
- El gas empieza a faltar en muchos países europeos
- La falta de combustible puede dañar seriamente los gasoductos
El gigante energético ruso Gazprom ha pedido a Ucrania que retome las negociaciones sobre el precio de su carburante en 2009 y las tarifas de su tránsito por territorio ucraniano, cuyo fracaso provocó la suspensión del suministro de gas a Ucrania el pasado 1 de enero.
"Desde el 31 de diciembre, Ucrania se ha negado a negociar con Gazprom y ha recurrido a robar el gas destinado a los consumidores europeos, violando sus obligaciones como país de tránsito", ha asegurado el vicepresidente de la compañía, Alexandre Medvedev, en un comunicado hecho público por Gazprom.
"Pedimos a Ucrania que se abstenga de estas acciones ilegares y a volver a las negociaciones en Moscú para pactar, de una vez por todas, una transacción por la entrega de gas que sea aceptable para las dos partes", ha añadido Medvedev, que subraya que están preparados para una reunión inmediata.
Guerra del gas
Este ofrecimiento supone un cambio de estrategia tras cumplirse el tercer día de la conocida como 'guerra del gas', ya que este sábado Rusia había anunciado que demandará a Ucrania por los hechos mientras que Kiev ha advertido de que su conflicto con Moscú amenaza seriamente los suministros a Europa.
En este sentido, el presidente de Gazprom, Alexéi Miller, había denunciado que países como Hungría, Eslovaquia, Rumanía, Polonia, los estados bálticos y algunos balcánicos ya "registran sustracciones ilegales de gas en territorio de Ucrania".
Miller anunció que Gazprom presentará una demanda al Tribunal Internacional de Arbitraje de Estocolmo para que éste obligue a Ucrania a "garantizar el libre tránsito del gas ruso a Europa".
Sin acuerdo
Gazprom suspendió el 1 de enero el suministro de gas a Ucrania al no ponerse de acuerdo con Naftogaz sobre el precio de su carburante en 2009 y las tarifas de su tránsito por territorio ucraniano.
Al tiempo, incrementó el bombeo con destino a los países europeos por territorio bielorruso y turco en 32 millones de metros cúbicos diarios, para compensar el presunto robo de carburante en Ucrania. Además Gazprom ha instado a los países europeos afectados a demandar si es preciso a Ucrania.
Mientras, en Kiev, Naftogaz ha negado que sustraiga gas ruso para su consumo y ha acusado a Gazprom de reducir los suministros para los países europeos y de someter a Ucrania a un "chantaje energético".
La compañía se ha mostrado "indignada" por las acusaciones de Gazprom, que "desacreditan a Ucrania a los ojos de Europa", y ha afirmado que tuvo que recurrir a sus propias reservas para compensar el recorte de los suministros rusos.
La Presidencia ucraniana, por su parte, ha advertido de que el corte de gas ruso al país afectará seriamente dentro de dos semanas los suministros a Europa si Moscú y Kiev no resuelven pronto su nuevo conflicto comercial. Gazprom y Naftogaz tienen diez días para acordar los contratos para 2009, ha dicho Bogdán Sokolovski, representante del presidente ucraniano, Víctor Yúschenko, para asuntos energéticos.
El precio, la razón
El presidente de Naftogaz, Oleg Dubina, ha afirmado que está dispuesto a "viajar en cualquier momento a Moscú" para reanudar las negociaciones, si Gazprom hace una "oferta realista" de precio.
Moscú ha propuesto a Ucrania elevar el precio del gas de 179,5 dólares por mil metros cúbicos en 2008 a 250 dólares en 2009, bajo amenaza de venderlo en caso contrario al "precio de mercado" de 418 dólares, y ha exigido mantener la tarifa de tránsito en 1,7 dólares para el transporte de cada mil metros cúbicos a 100 kilómetros de distancia.
Kiev, por su parte, pedía mantener el precio de 2008 y sólo aceptaba su aumento hasta los 235 dólares si la tarifa de transito subía a los 1,8 dólares.
Dubina denunció que la amenaza rusa de vender el gas a 418 dólares supone "una presión económica sin precedentes", pues tal paso paralizaría la industria ucraniana y su sistema de gasoductos y conduciría al país a una "catástrofe ecológicas y humanitaria".