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Tres veces menos oxígeno en el Everest que en la UVI

  • Médicos británicos registran los niveles más bajos de aire en sangre en el pico del mundo
  • Es mucho menor que el que puede tener un enfermo en estado crítico
  • Decidieron subir al Everest para comprobar cómo se comportaba el cuerpo a esas alturas
  • El hallazgo demuestra que los niveles de tolerancia humana a la falta de aire son mayores

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Cima del monte Everest, con una altura de 8.848 metros sobre el nivel del mar.
Cima del monte Everest, con una altura de 8.848 metros sobre el nivel del mar.

Entre la cima del Everest y una sala de cuidados intensivos de un hospital puede haber un abismo, pero para un grupo de doctores británicos estan estrechamente unidos por un factor: el bajo nivel de oxígeno en sangre.

Por este motivo han viajado hasta el Himalaya para medir cómo se comporta el cuerpo humano en estas circunstancias y, de esta forma, comprobar si los pacientes que están en la UVI pueden soportar un nivel de oxígeno en sangre menor de lo que se pensaba que evite intervenciones que pueden tener efectos secundarios.

"Queremos comprender por qué los humanos responder de manera diferente a los bajos niveles de oxígeno", ha detallado Mike Grocott, investigador del University College de Londres, que ha dirigido el estudio, publicado en el último número de la revista New England Journal of Medicine.

Sin apenas oxígeno

Tanto es así que estos médicos han logrado medir los niveles más bajos de oxígeno en sangre jamás vistos en los análisis realizados a ellos mismos cerca de la cima de la montaña más alta de la Tierra, muy por debajo del nivel que tienen los pacientes en estado crítico.

En concreto, las muestras tomadas a la altura de 8.850 metros -400 por debajo de la cima debido a las malas condiciones climatológicas- han probado que el nivel de sangre de los médicos-montañistas era de 2,55 kilopascales -una unidad de presión en sangre- frente a los entre 12 y 14 que tiene una persona normal y los 8 de un enfermo crítico.

"Hicimos una amplia búsqueda y no pudimos encontrar ninguna medda en humanos que fuese menor y no muchas que ni siquiera se le acercase", ha asegurado Grocott.

Grocott y sus siete compañeros eligieron subir a la llamada 'zona muerta' del Everest para comprobar in situ lo que siempre habían sospechado, que los alpinistas tienen un nivel de oxígeno en sangre inferior a lo normal.

Utilidad para el futuro

Equipados con bombonas de oxígeno, montaron el campamento base a 400 metros de la cima. Una vez liberados de las mascarillas, se desabrocharon el abrigo y se tomaron una muestra de sangre de la arteria femoral a una temperatura de -25 grados y con un aire tan fino que casi ni se notaba en sus pulmones.

El resultado fue el detallado, que podría haberse producido por la formación de un fluído en los pulmones debido a la altitud que permitía a los escaladores seguir su camino con los niveles de oxígeno de un moribundo.

"Lo que es interesante sobre esto es que quizá hay algunos pacientes que pueden tolerar niveles más bajos de oxígeno y necesitar menos alivio de aire en sus intervenciones", ha concluido Grocott.