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La industria del porno de Estados Unidos pide ayuda para afrontar la crisis económica

  • La venta y alquiler de este material cayó un 22% el pasado año en EEUU
  • El sector asegura que con la crisis, el sexo es lo último en lo que piensa la gente
  • Los empresarios han solicitado al Congreso 5.000 millones de dólares en ayudas
  • Califican la recesión como "una ducha de agua fría nacional"

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Joe Francis y Larry Flynt, dos de los principales empresarios de la pornografía de Estados Unidos, han pedido al Gobierno de su país que ayude a su sector, dado que a su juicio la recesión ha actuado como "una ducha de agua fría nacional".

Para recuperarse del bajón, Francis, director del programa de televisión y la revista Girls Gone Wild  (Chicas salvajes), y Flynt, el editor de la publicación Hustler, solicitaron al Congreso 5.000 millones de dólares (3.677 millones de euros) para los acicates del deseo.

"Con todo el sufrimiento económico y la pérdida de tanto dinero, el sexo es lo último en lo que la gente piensa", dijo Flynt en un comunicado. "Es hora de que el Congreso rejuvenezca el apetito sexual de Estados Unidos", añadió.

Las ventas y alquileres de vídeos pornográficos cayeron un 22 por ciento el año pasado en Estados Unidos, al tiempo que aumentó el tráfico en internet, según la declaración, que indica que aproximadamente la mitad de los usuarios de la web visitan páginas 'XXX'.

Los empresarios del sexo insistieron en que su sector necesita ayuda, pese al gran interés por sus fotografías y vídeos online, de los que disfrutan más de 75 millones de estadounidenses cada mes, según sus datos.

"El Congreso parece dispuesto a rescatar a los sectores más importantes de la nación y creemos que merecemos la misma consideración", señaló Francis.

Por su parte, Flynt hizo un llamamiento a la Legislatura de Estados Unidos, sacudida periódicamente por los escándalos sexuales, a pensar en el bien del país.

"La gente está demasiado deprimida para ser activa sexualmente", se quejó.

"Esto es muy malo para nuestra salud como nación. Los estadounidenses pueden prescindir del automóvil, pero no del sexo", alertó.