Obama tiene cita a mediodía con la Historia
- Obama, 44º presidente de EE.UU., jurará sobre la misma Biblia que Lincoln
- En su esperado discurso acabará con el todo vale de la administración Bush
- Responsabilidad ante los ciudadanos y juntos podemos serán los mensajes
- Se espera que haga guiños a Kennedy, Roosevelt, Luther King y Lincoln
- Hasta dos millones de personas acuden a Washington, tomada por policías
- El coste de los fastos puede rebasar los 120 millones de euros
- TVE, RNE y RTVE.es retransmitirán en directo la ceremonia inaugural
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A mediodía, las seis de la tarde en la España peninsular, Barack Hussein Obama tiene su cita con la Historia. El primer presidente afroamericano de los Estados Unidos jurará sobre las solapas rojas de la misma Biblia que utilizó Abraham Lincoln. Son 35 palabras en inglés, en las que se compromete a ejercer fielmente el cargo para preservar, proteger y defender la Constitución. El vicepresidente, Joe Biden, lo hará inmediatamente antes.
Después, ya como cuadragésimo cuarto presidente --como indica la matrícula de su coche oficial, 44--, pronunciará su discurso inaugural. Poco ha trascendido de sus intenciones. Apenas tres claves. Se acabó el todo vale y el gobierno tiene que dar cuenta ante los ciudadanos para restaurar la confianza. Y desde luego, el leitmotiv en el que viene insistiendo en los últimos días. Juntos podemos.
Modelos para un discurso histórico
El propio Obama es bien consciente de la repercusión que tendrán sus palabras. Uno de sus modelos es el que realizó Lincoln en su segundo mandato, cuando la Guerra Civil daba sus últimos coletazos. Es un discurso extraordinariamente breve --703 palabras-- y Obama reconoce que le intimida.
Contará con la ayuda de Jon Favreau. Ambos llevan trabajando el texto desde finales del pasado mes de noviembre. Habrá guiños al Ask Not de John Fitzgerald Kennedy, que marcó una época. La frase que le da título está casi al final. "Compatriotas, no preguntéis lo que vuestro país puede hacer por vosotros; preguntad qué podéis hacer vosotros por vuestro país".
Hay una segunda parte, inmediatamente después, que casi nunca se cita: "Ciudadanos del mundo, no preguntéis lo que América hará por vosotros sino lo que juntos podemos hacer por la libertad del hombre".
Obama recurrirá también al optimismo y fortaleza que dio Franklin Delano Roosevelt en 1933, en circunstancias económicas parecidas. "La única cosa que debemos temer es al miedo mismo. Ese terror sin nombre, sin justificación, insensato, que paraliza los esfuerzos que necesitamos para convertir la retirada en avance".
Y desde luego, el "Tengo un sueño" de Martin Luther King Jr., en el que pedía que no se juzgara a ningún estadounidense por el color de su piel sino por el contenido de su carácter.
Washington tomada por los visitantes y la policía
Decenas de miles de personas paseaban hace unas horas por la explanada del Mall. La columna vertebral de Washington, diseñada para impresionar a los visitantes. En un extremo está el Lincoln Memorial. En el otro, el Capitolio, a cuyos pies se realiza la ceremonia de la investidura.
Sólo es un aperitivo de lo que se espera: entre uno y dos millones de personas se congregarán para ver la toma de posesión de su presidente. La cifra más alta de la Historia. Sólo cinco mil privilegiados estarán en primera fila. Los que tienen entrada. Se cotizan a 3.000 dólares en el mercado de reventa (unos 2.300 euros).
Podrán escuchar fielmente la voz de Aretha Franklin y la música de John Williams en la ceremonia. Y verán llegar a Obama y al presidente saliente, George W. Bush, Bush 43 como le llaman en este país para distinguirlo de su padre, el 41.
Después de la ceremonia, el desfile, poco antes de las nueve de la noche en España. Cerca de 300.000 personas apostadas en las aceras de Pennsylvania Avenue, hasta la Casa Blanca. Se han colocado unas 28.000 sillas. No se puede coger sitio antes de las siete de la mañana.
E incluso los más madrugadores lo tendrán difícil. Se han cortado las autopistas y los puentes de entrada a la capital. El metro está cerrado desde las cuatro de la tarde del lunes y no abre hasta las cinco de la madrugada. No se pueden llevar mochilas. Sólo bolsos pequeños, que estarán sometidos a un control exhaustivo.
Es parte del mayor dispositivo de seguridad jamás desplegado en Washington. Participan más de 40.000 agentes y funcionarios de casi un centenar de agencias federales y locales. No estarán los policías de Nueva York. No se les ha invitado por un malentendido. Arranca del 11-S, cuando estaban sobrepasados por el ataque terrorista.
El general tiempo es el último invitado. Tradicionalmente nieva la víspera en Washington. Esta vez sólo han caído unos copos, pero nunca se sabe. Con Kennedy, la nevada fue de tal calibre que la gente abandonó sus coches en la calle la víspera. Al día siguiente, no quedaba ninguno. Las grúas trabajaron a destajo.
¿Quién paga todo esto?
Se calcula que el coste de los fastos rebasará los 160 millones de dólares (más de 120 millones de euros). La cifra más alta de la Historia. Pero nadie lo sabe todavía con certeza y la cantidad engaña. Cerca de 30 millones proceden de donaciones de particulares. No pueden sobrepasar los 50.000 dólares por cabeza. Y están publicadas en internet, día a día.
La parte del león procede de fondos federales y locales y se destina al dispositivo de seguridad y los trabajos de limpieza.
La toma de posesión de Bush costó 40 millones de dólares, financiados sin límite por las grandes empresas: petroleras, Chevron Texaco y Exxon, farmacéuticas, Pfizar, tecnológicas, ATT o automovilísticas como Ford.
La primera letra se paga asistiendo a los bailes que se celebran por la tarde-noche en Washington. Este martes hay diez oficiales y cerca de un centenar más que no lo son. Obama asistirá a una docena de ellos.