La ciudadela de barro peruana de Chan Chan, invadida, y en peligro por las lluvias
- Chan Chan era la capital del reino Chimú hace 500 años
- La ciudadela de barro es Patrimonio de la Humanidad desde 1986
- Las autoridades peruanas han declarado el estado de emergencia
- El principal peligro son los asentamientos humanos no las lluvias
En la ciudadela de barro peruana de Chan Chan, la más grande de este tipo en América y con más de 500 años de antigüedad, se ha declarado el estado de emergencia debido a la invasión de pobladores y la amenaza de fuertes lluvias.
Se trata de una decisión tomada por el consejo regional de La Libertad, departamento 400 kilómetros al norte de Lima, donde se encuentra este monumento, y que busca solucionar los problemas de la ciudadela y con ello solventar la amenaza de la UNESCO de retirarle el título de Patrimonio de la Humanidad.
Elconservador de la ciudadela, Cristóbal Campana, destaca que "no es solamente por las lluvias, la declaración de patrimonio depende de las invasiones, del avance de los agricultores en las zonas monumentales, y de que nadie se preocupa de que sean sacados de ese lugar".
Chan Chan, en las cercanías de la norteña ciudad de Trujillo, fue la capital del reino Chimú, que logró su esplendor en el siglo XV, periodo previo al Imperio Inca, albergando hasta 60.000 habitantes en un área de 1.400 hectáreas, que comprendía plazas, viviendas, depósitos, talleres, laberintos, murallas, caminos y templos.
Patrimonio de la Humanidad en peligro
En 1986, la ciudadela recibió el título de Patrimonio de la Humanidad y, prácticamente desde entonces, fue declarada en peligro por la UNESCO debido, según el Instituto Nacional de Cultura (INC) peruano, al daño que el agua, viento y sol causa en el barro.
Este año, según Campana, "han llegado lluvias imprevistas, que se esperaban en diciembre y lo han hecho en enero", lo que ha empeorado la situación hasta dejar "muchos lugares al borde del colapso".
Sin embargo, el principal problema no son las lluvias, sino la recurrente invasión de pobladores en zonas protegidas, un problema similar al que el pasado martes causó la muerte de dos policías que participaban en el desalojo del Bosque de Pomac, también en el norte peruano.