El Prado publica las investigaciones que descartan a Goya como autor de El Coloso
- El museo ha publicado las investigaciones que confirman la noticia ya anunciada
- La hipótesis central es que el cuadro es obra del pintor valenciano Asensio Juliá
- La pobreza de técnica, luz y colorido son algunas de las claves
- El Coloso también tiene una marcada diferencia con otras obras de Goya
El Museo del Prado ha publicado este lunes en su página web las investigaciones realizadas por varios expertos en las que se descarta la autoría de Francisco de Goya en la obra El Coloso. La "pobreza" de su técnica, así como de su luz, colorido y su marcada diferencia con otras obras maestras de atribución documentada de Goya, son algunos de los aspectos que han llevado a esta conclusión.
El amplio estudio de la jefa de Conservación de Pintura del siglo XVIII y Goya, Manuela Mena, se ha estructurado en varias partes que abarcan el análisis de documentación y bibliografía, la aparición del cuadro en la bibliografía especializada, la acogida de la crítica y las primeras referencias bibliográficas, que contribuyeron a su rápida aceptación como obra de Goya. Se examina también la procedencia más antigua de la obra, así como su atribución y valoración ya entonces y su posible fecha de adquisición.
Finalmente, en el informe "El Coloso y su atribución a Goya", se analizan sus características técnicas, con la incorporación de los análisis del laboratorio, y su estilo, composición y significado, comparándolo con obras de Goya.
Desde que El Coloso llegó al Prado en 1931 fue aceptado y admirado como la máxima expresión del Goya moderno. A partir de ese momento se convirtió en una de las obras más citadas en la bibliografía de Goya y de las más populares.
La firma "AJ"
En el estudio, Manuela Mena hace referencia a la reciente identificación de las iniciales "AJ", de ahí la hipótesis de que sea obra del pintor valenciano Asensio Juliá, conocido a partir de los últimos años del siglo XVIII como ayudante principal del taller de Goya.
Esto abre un camino de investigación "de gran importancia para la aclarar la autoría de muchas obras de principios del siglo XIX, cercanas al estilo de Goya, aunque no de su mano, cuyos autores se encuentran aún sin identificar".
Pinceladas sin luz ni volumen
A lo largo de su investigación -la exposición "Goya en tiempos de guerra" impulsó que se reabriera el estudio-, señala que el modo de estar pintado El Coloso, el uso que su autor había hecho de pinceladas sin luz ni volumen "es técnicamente opuesto al modo de trabajar del maestro". Eso unido a las incorrecciones de la perspectiva y de las proporciones y expresividad de las figuras, lo alejaban de Goya.
La figura masculina de espaldas, las características del paisaje en su disposición y técnica, y las figuras que corren, junto a coches y animales muy variados permitieron establecer comparaciones con la interpretación que Goya hizo de detalles similares en sus obras seguras, mostraron también sus diferencias con el maestro.
Modo de trabajo distinto al del maestro
El cuadro presenta desde su misma base "un modo de trabajo distinto al de Goya, revelando por comparación con sus obras, una mano y concepción de las figuras y el espacio diferente a la suya".
En opinión de Manuela Mena, El Coloso está realizado de modo superficial y acumulativo, con una cantidad innecesaria de pinceladas, aplicadas con lentitud y titubeos, sin la fluidez que parece desprenderse de su técnica deshecha, con la que busca, sin embargo, un efecto de rapidez. "Ese modo de hacer indica un proceso de creación lento e indeciso, no directo ni sabiendo de antemano lo que se pretende".
El dominio que tenía Goya de la anatomía humana, de los animales o de la forma de los objetos y su materia, así como la posición en el espacio y la perspectiva, "fue excepcional" y tal vez la dificultad para dominar la fisonomía y la expresión fue lo que obligó al autor de El Coloso, tras dos intentos fallidos y posiblemente alguno más, a situar la figura de espaldas, con el rostro de perfil semioculto, además, por el pelo y la barba, y cerrando el único ojo visible.
"La pobre anatomía de El Coloso no admite comparación con los desnudos masculinos, bellos y realistas, conocedores en profundidad de la belleza del desnudo clásico y barroco, de Goya, que se inician ya en su período juvenil".