Tina Sainz, mil registros de una actriz de carácter
Un personaje de carácter, como los que está acostumbrada a interpretar, Doña Restituta, le ofrece a Tina Sainz la oportunidad de ganar su primer Goya. Es la segunda nominación como mejor acriz de reparto de esta mujer de 64 años, bajita y enérgica.
Ambas nominaciones se han producido bajo la dirección de José Luis Garci. Ahora es un personaje galdosiano en 'Sangre de mayo', una epopeya histórica sobre la guerra de la independencia, mientras que en 2002 fue nominada por la película intimista 'Historia de un beso'.
Actriz todoterreno de cine, teatro y televisión, ha interpretado personajes de Shakespeare, Chejov o Miller sobre las tablas y en el mítico programa 'Estudio 1' de TVE, pero también ha protagonizado títulos inolvidables del cine español como 'Vente a Alemania, Pepe' y ha encarnado a la directora del colegio Azcona de la serie 'Compañeros'.
En la pequeña pantalla se ha hinchado a hacer papeles de 'chacha' pero no le duelen prendas porque siempre se "identificaba más con el papel de criada que con el de señora". Brillante en la comedia, afirma que se siente "más cómoda en el drama" porque la comedia es más díficil y admite que se siente "más relajada" cuando ha tenido que llorar.
Agustina Sainz Rubio es hija única de un traspunte teatral, el encargado de llamar a los actores a escena. De niña acudía con su padre a la tertulia del Café Comercial con Mingote y Azcona y con 16 años trabajó de aprendiz de modistilla por 35 pesetas al día, antes de hacer su primera prueba en el teatro.
Tina estudió en un colegio de monjas, se casó muy joven, fue virgen al matrimonio y tuvo un niño. Para recuperarse de una ruptura sentimental huyó a Nueva York, tiene casa en Málaga, y pasa temporadas en Atlanta con su hijo que trabaja en la cadena estadounidense CNN.
Se considera absolutamente ácrata y estuvo encarcelada por la huelga de actores de 1975. Se afilió al Partido Comunista y luego fue militante del PSOE, pero en la actualidad 'no se casa con nadie'. Adora la lectura combinada con el mar y se confiesa apasionada, vehemente e intolerante aunque reconoce que ir de "doña Perfecta" no es bueno.