Obama no consigue sumar a los republicanos
- Los diputados republicanos se oponen al plan de Obama
- La entrevista con el presidente no consigue salvar las diferencias
- Mañana se vota el plan en la Cámara de Representantes
Los republicanos no están dispuestos a dar su apoyo al plan de Recuperación y Reinversión de Obama y salvo milagro, votarán en contra este miércoles en la Cámara de Representantes. "No espero un apoyo total de mis colegas republicanos pero sí confío en que dejemos de lado la política y nos pongamos a trabajar por el pueblo americano". Una valoración escueta del presidente seguida inmediatamente después por la negativa del líder de la minoría republicana, John Boehner, a respaldar los 825.000 millones que quiere Obama. "Persisten muchas diferencias".
Una semana después de su toma de posesión, Obama ha hecho un gesto sin precedentes. Se ha dirigido al Capitolio para tratar de convencer a la oposición republicana. Es el primero de los encuentros que según los asesores del presidente serán frecuentes. Pero incluso antes de la visita, los diputados republicanos se han reunido a puerta cerrada para poner en común su rechazo.
La oposición exige cambios sustanciales al plan
Los republicanos consideran que el plan despilfarra recursos. "El proyecto de ley de los demócratas no estimulará nada que no sea más gobierno y más deuda", ha señalado el diputado Mike Pence, de Indiana, que ha presidido la reunión. Consideran que los recortes fiscales deben ser más ambiciosos y más rápidos. Según fuentes que han asistido al encuentro con el presidente, Obama les ha dicho que el máximo que está dispuesto a negociar en este punto se cifra en 275.000 millones de dólares.
La Casa Blanca ha avanzado algunas concesiones. Obama pedía a los demócratas que eliminaran los 200 millones que contempla el plan para la planificación familiar. Sin embargo, el propio presidente, tiene las manos atadas hasta cierto punto: no puede arriesgarse a un enfrentamiento con sus propios correligionarios. Y el tiempo apremia. Los economistas advierten que la recesión es más profunda de lo que se esperaba.