Estados Unidos se hunde a plomo en la recesión
- La caída del 3,8% es menor de lo esperado por el aumento de los inventarios empresariales
- La sequía del crédito, la caída de ventas de vivienda y el paro restringen el consumo
- Las perspectivas son lúgubres tras la ola masiva de despidos en grandes compañías
- El riesgo de deflación se encuentra al alza
- La Reserva Federal reconoce que la economía no empezará a recuperarse hasta 2010
El PIB norteamericano se contrajo un 3,8% entre los meses de octubre y diciembre, la mayor caída desde 1982. pero menos de lo previsto. Con todo, la recesión se desboca sin freno y multiplica por ocho el dato anterior: medio punto porcentual en el tercer trimestre.
La caída de casi cuatro puntos es menor de lo que se esperaba pero la sorpresa está envenenada. El desplome no es tan acentuado gracias a que han crecido los inventarios empresariales. Otra señal de que no consiguen vender sus productos en un mercado deprimido y de que no ha recortado la producción suficientemente rápido, lo que arroja más sombras sobre el futuro
La sequía de crédito, los desahucios marcando récords en el mercado inmobiliario, la ventas de vivienda nueva desplomándose un 45% y el paro rampante -sólo en el mes de diciembre, ha habido 524.000 despidos- han forzado a las familias a restringir sus compras.
El consumo mueve dos tercios de la economía norteamericana, ha caído un 3,5% y se suma al 3,8% del trimestre anterior. Es la primera vez desde que empezaron los registros en 1947 que se suceden dos desplomes consecutivos de esta magnitud.
"Es la peor recesión en dos generaciones" ha señalado el economista jefe de UniCredit Global Research, Roger Kubarych. "Y sigue empeorando".
Es difícil que el resto del mundo pueda tirar del carro y dar un respiro a través de las exportaciones. Al contrario, han caído casi el 20% y todo el planeta está sincronizado en el desplome. Según las previsiones del Fondo Monetario Internacional, la economía mundial apenas crecerá medio punto este año.
Negros augurios
Las perspectivas son lúgubres después de la oleada de despidos masivos anunciada en enero por las principales compañías de Estados Unidos, desde Boeing a Starbucks, pasando por Texas Instruments o Home Depot.
Ayer mismo, Kodak anunciaba 4.500 despidos más. El incremento del paro retrae aún más el consumo, las empresas recortan la producción ante la caída de ventas, dejan de invertir ante la falta de perspectivas -la inversión empresarial se ha hundido un 20%-, crece el stock sin vender -lo ha hecho durante 17 de los últimos 18 meses- y el círculo vicioso se cierra con nuevos despidos.
Para completar la espiral deflacionista sólo falta la bajada sostenida y general de precios. La Reserva Federal ya ha advertido que la inflación está retrocediendo demasiado rápido. De hecho, los precios han caído una décima, según la medida que utiliza el PIB. Descontando alimentos frescos y energía. los componentes más volátiles, apenas crecen 6 décimas.
La política monetaria agota sus medidas tradicionales. Los tipos de interés son prácticamente nulos. No hay margen para bajarlos más. Para eludir la trampa de liquidez, el banco central estadounidense ha anunciado que está dispuesto a comprar bonos y letras del Tesoro e inyectar así más dinero en el sistema.
Ante este panorama, la Reserva reconoce que probablemente la economía norteamericana no empezará a recuperarse antes del año que viene.