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Una especie de ballena ya extinguida se apareaba y paría a sus crías en tierra

  • Lo deduce un estudio publicado en la revista 'PLoS'
  • El feto estaba colocado para un parto de cabeza, igual que los mamíferos terrestres
  • La Maiacetus inuus era una especie que vivía entre la tierra y el mar

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Un fósil de ballena hallado en la Antártida en 2008
Un fósil de ballena hallado en la Antártida en 2008

Los fósiles de dos ballenas, que vivieron hace casi 48 millones de años, han revelado que esos mamíferos marinos parían en tierra, según un informe publicado este martes en la revista online PLoS.

Los fósiles, de una hembra preñada y un macho de la misma especie, fueron encontrados en Pakistán en 2000 y 2004 por un equipo de científicos encabezado por el paleontólogo Philip Gingerich de la Universidad de Michigan.

Este fue el primer descubrimiento de un esqueleto fetal de una ballena (ya extinguida) en el grupo conocido como archaeoceti. El hallazgo representa una nueva especie denominada Maiacetus inuus, señala el estudio.

Gingerich dijo haber quedado perplejo por el conjunto de huesos -de hembra adulta y feto- que encontró. "Cuando vi por primera vez los pequeños dientes pensé que se trababa de una ballena adulta pequeña, pero luego continuamos excavando y encontramos costillas que parecían demasiado grandes para ser parte del mismo esqueleto que aquellos dientes", añadió. "Al final me di cuenta de que habíamos encontrado una hembra con un feto".

Posición del bebé ballena

El feto estaba colocado para un parto de cabeza, al igual que los mamíferos terrestres pero a diferencia de las ballenas modernas, lo cual indica que aquellas todavía parían en tierra.

Además, la dentadura desarrollada del feto sugiere que los Maiacetus recién nacidos podían arreglárselas por sí mismos en el comienzo de su vida. Según Gingerich, los dientes de las ballenas adecuados para la captura e ingestión de peces, señalan que vivían en el mar y que probablemente salían a tierra sólo para aparearse y parir.

Tenían cuatro patas modificadas para la natación y aunque podían sustentar su peso sobre sus miembros parecidos a aletas, probablemente no podían trasladarse muy lejos en tierra.

"Claramente estas ballenas estaban vinculadas a la orilla", dijo Gingerich, "vivían donde el mar y la tierra se juntan e iban de uno a otra".