Condenan a 21 años al hombre que dejó tetrapléjica a su ex mujer de una paliza
- Antonia R.L. sufrió la paliza a finales de junio de 2006
- El acusado afronta una condena de 21 años y 600.000 euros de indemnización
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La Audiencia Provincial de Madrid ha condenado a 21 años y diez meses de prisión a José Luis Rodríguez García por dejar a su ex mujer, Antonia R.L., tetrapléjica como consecuencia de la brutal paliza que le propinó el 28 de junio de 2006, con motivo de su divorcio, en el domicilio familiar en presencia de sus hijos e incumpliendo una orden de alejamiento.
En una sentencia notificada hoy, contra la que cabe recurso de casación, la Sección Vigésimo Séptima considera al acusado autor de los delitos de asesinato en grado de tentativa, quebrantamiento de medida cautelar, maltrato en el ámbito familiar, allanamiento de morada y maltrato habitual.
La Sala de condena a 21 años de cárcel frente a los 33 que solicitaba la Fiscalía de Madrid, en cuya acusación incluía dos delitos de lesiones psíquicas.
En concepto de responsabilidad civil, el condenado deberá indemnizar con 600.000 euros a la víctima, a quien no podrá aproximarse durante 25 años a una distancia no inferior a 1.000 metros. Además, tendrá que indemnizar a sus hijos con 9.000 y 20.000 euros por las secuelas psíquicas.
En el juicio, que se celebró el pasado 19 de enero, el procesado sostuvo que actuó en defensa propia, puesto que ella quería matarle tras el divorcio. "Era cuestión de supervivencia", aseguró.
Sin embargo, la víctima relató que tras 30 años de matrimonio y de continuos malos tratos decidió pedir el divorcio. El día en que llegó la carta de divorcio, José Luis le advirtió de que aquello era su "sentencia de muerte".
"Ella intentó herirme"
Durante su testimonio, el acusado relató que el día de los hechos acudió sobre las 4.00 horas a la casa de su ex mujer para que le "dijera a quién iba a mandar para asesinarle", algo que a la propia víctima le sonó a "película". Así, entró con su llave y utilizó un plástico para levantar el pestillo de seguridad.
"Ella me estaba esperando. Me cortó el paso con un serrucho e intentó herirme. Me dio la sensación de que me estaba esperando", narró.
"Venía hacia mí y yo tuve que hacer algo para evitar herirnos. Hice algo imprudente, y le agarré del cuello con las dos manos. Como no soltaba el cuchillo, con la mano izquierda mantuve el filo y, con la derecha, le presioné el cuello contra la pared hasta que se desmayó. Cuando dejó de respirar, me marché", recordó, apuntando que del forcejeo acabó amoratado "por todas partes".
Al negar que la hubiera golpeado, la fiscal le pidió explicaciones sobre las lesiones de la víctima, quien presentaba fracturas de varias vértebras y multitud de hematomas.
El procesado contestó que "cuando cayó, probablemente se golpearía en algún sitio". "¿Usted nunca la ha agredido alguna vez?", insistió la fiscal. "En absoluto", le replicó.
El condenado se siente "discriminado"
En su turno de última palabra, expuso: "Me he sentido discriminado. Me siento inocente de todo, salvo del quebrantamiento de la orden de alejamiento y allanamiento de morada". "Tuve que renunciar a proteger a mis hijos para intentar salvar mi vida. Que me perdonen las criaturas, porque son las verdaderas víctimas de todo esto", aseveró.
Por su parte, la víctima, señaló que apenas recordaba lo que pasó el 28 de junio, sólo el ruido de "las aspas del helicóptero" que la llevó al hospital de parapléjicos de Toledo. En cambio, no olvidó los malos tratos "físicos y psíquicos" que padeció durante su matrimonio.
Tenía "asumido" que la mataría, dijo. Durante su matrimonio, el acusado sometía a la víctima a "un trato degradante y humillante", lo que empeoró cuando Antonia le comunicó en 2005 su intención de separarse para "no prolongar un matrimonio que no era tal", según la declaración de la mujer. Ella cuenta cómo el día en que llegó la carta de divorcio, José Luis le advirtió de que aquello era su "sentencia de muerte".
"Su intención era asesinarme"
Ella, de 48 años, conocía su plan y se lo recordó, en la sala, sin ocultarse tras un biombo. "Su intención era asesinarme, ir a la cárcel y los niños, a un centro de tutela de la Comunidad de Madrid. Que ninguna de las familias se quedara con la custodia. Hizo un testamento vital con ese fin", contó con gran entereza, tras explicar que él había acudido previamente a un abogado para dejar el plan cerrado.
Contra sus planes, José Luis no acabó el 28 de junio con la vida de su ex mujer, pero la dejó tetrapléjica. Esta reconoció que tiene sentimiento de culpa hacia sus hijos. "Siento que soy una carga para ellos. Necesito a alguien que me ayude todo el día. No puedo hacer nada", se lamentó.
Los hijos de la víctima, de 16 y 17 años, recordaron lo vivido la noche de los hechos. "Estaba dormida. Me desperté por los gritos. Fuimos a ver qué pasaba y vi a mi padre sobre mi madre.
Tenía un cuchillo en la mano e intentaba ahogarla. Empezó a pisarle el cuello. Se lo retorcía. El siguió hasta que pensó que estaba muerta", relató una de sus hijas. "Mi padre tenía la certeza de que la había matado", añadió.