Comienzan a retirar la alimentación a Eluana mientras la ley de Berlusconi sufre un frenazo
- El equipo de médicos que asiste a la italiana ha retirado parte de su alimentación
- Las dudas del presidente de la República sobre la ley exprés frena su aprobación
- La mujer, de 38 años, lleva 17 en estado vegetativo tras un accidente
- El Gobierno italiano tiene 48 horas, antes de que su estado sea irreversible
Los médicos que asisten a Eluana Englaro, la mujer italiana de 38 años que lleva 17 en estado vegetativo, han comenzado a reducir gradualmente los alimentos que le suministran a través de una sonda nagasogástrica que la mantiene con vida desde 1992, según informa el diario 'La Reppublica'.
De esta forma, comienza la cuenta atrás para que muera, en una carrera contrarreloj del Ejecutivo italiano para aprobar una ley exprés que impida aplicar la sentencia del Tribunal Supremo -que autoriza la suspensión de la alimentación de la paciente-, de modo que la muerte de Eluana no siente precedente de cara a una futuro Ley de Testamento Biológico.
Según informa 'La Reppublica', el Gobierno de Berlusconi cuenta con 48 horas para llevar adelante esa ley, ya que, pasado ese periodo de tiempo, la falta de alimentación tendrá efectos irreversibles en Eluana.
Aunque este jueves por la tarde ya estaba preparado el borrador del decreto, fuentes del palacio presidencial -el Quirinale- filtraron las dudas de Giorgio Napolitano a firmar el decreto de ley. Además, el presidente de la Cámara de Diputados, Gianfranco Fini, también ha mostrado sus reparos ante la aprobación de este decreto, que tanto rechazo ha causado en gran parte de la opinión pública. Algo que no implica, de momento y según afirma la prensa italiana, que Berlusconi vaya a ceder en sus esfuerzos por impedir la muerte de Eluana.
La polémica que el caso de Eluana ha suscitado en el país transalpino ha llevado a los medios a publicar el borrador del decreto ley sobre el que está trabajando el Ejecutivo y que podría ser aprobado este viernes en el Consejo de Ministros.
El texto señala que "la alimentación y la hidratación, en cuanto formas de apoyo vital y fisiológicamente finalizadas a aliviar los sufrimientos, no pueden en ningún caso ser rechazadas por los sujetos interesados o suspendidas por parte de quien asiste a sujetos que no están en grado de valerse por sí mismos".