La fiesta se ha acabado y la resaca puede durar un año
- Obama insiste en actuar con rapidez para evitar una década perdida
- El éxito de su plan se medirá por la creación de empleo
- El Presidente avanza que el plan de rescate financiero corrige los errores de Bush
- Dedicará una parte importante a evitar o retrasar los desahucios
- Obama abrirá el diálogo con Irán en los próximos meses
- El Presidente no se moja en una Comisión de la Verdad sobre Bush
"The party is over", la fiesta se ha acabado, ha respondido Obama a los excesos que han generado la peor crisis desde la Gran Depresión. En su primera rueda de prensa, en el Salón Este de la Casa Blanca, el Presidente ha reiterado que es necesario actuar con rapidez para evitar caer en una espiral negativa, que podría conducirnos a una década perdida, como la que sufrió Japón en los años 90.
Lo primero para "evitar la catástrofe" es reactivar la economía con el plan que previsiblemente aprobará este martes el Senado y estabilizar el sistema financiero para que vuelva a fluir el crédito. Después, "los americanos tendrán que aprender a gastar según sus posibilidades".
El baremo para medir el éxito del plan
La medida del éxito está en el empleo. Obama confía en que su plan de estímulo sirva para crear o salvar cuatro millones de puestos de trabajo. Una apuesta arriesgada la del Presidente, dado que el empleo no se recupera hasta bastante después que el PIB: uno o dos años.
La segunda piedra de toque es que el crédito vuelva a funcionar y se estabilice el mercado inmobiliario. "La segunda mitad del plan de rescate financiero está específicamente diseñado para eso y corrige los errores anteriores", ha señalado Obama. Tendrá la consistencia y claridad que faltaron en el plan que gestionó Bush: limitará las bonificaciones de los altos ejecutivos, dedicará una parte importante a evitar o retrasar los desahucios y estabilizará el valor de las propiedades.
Obama no ha dado detalles. Se los deja a su secretario del Tesoro,Tim Geithner, que lo presenta este martes. Si las cosas van bien, Obama cree que el año que viene habrá pasado lo peor. En cualquier caso, reconoce que 2009 va a ser duro. Y admite una vez más que el plan no es perfecto. "No está garantizado el éxito", señala el Presidente, aunque evita cuantificar las probabilidades de que fracase. El vicepresidente, Joe Biden, las cifraba en más del 30%.
Otra política en Oriente Medio
Ha sido el momento de gloria de la veterana periodista Helen Thomas, corresponsal en la Casa Blanca desde antes de que naciera Obama. El Presidente se ha sentido halagado, "es mi momento inaugural". Pero no ha respondido a la cuestión: qué países de Oriente Medio tienen armas nucleares. Obama prefiere "no especular". Ahora bien, sí está seguro de que "si empieza una carrera nuclear en la zona, todos estaremos en peligro".
La cuestión nuclear es una de las condiciones sine qua non para normalizar las relaciones con Irán. Eso y que deje de financiar a grupos terroristas como Hamas y Hezbollah. Obama está dispuesto a establecer un diálogo constructivo con Teherán en los próximos meses.
El Presidente no ha querido fijar una calendario para retirar las tropas de Afganistán pero sí ha señalado dos objetivos. Acabar con los santuarios de Al Qaeda y los talibanes en la zona montañosa limítrofe con Pakistán e impulsar al gobierno de Afganistán a conectar con la realidad de su pueblo, siguiendo el modelo que se está aplicando en Irak.
Obama no se moja en la Comisión de la Verdad
Se ha notado que Obama no tenía preparada la respuesta. Le han preguntado por la iniciativa del senador Patrick Leahy, presidente del comité de Justicia de la cámara alta. Leahy ha insistido en investigar las "fechorías" cometidas por la administración Bush en los últimos ocho años. En particular, las torturas o las escuchas ilegales.
Obama se ha escudado en que no conocía la propuesta de Leahy de crear una Comisión de la Verdad. Considera que nadie está por encima de la ley y que los que la violen deben ser procesados si existen pruebas. No obstante, ha subrayado el Presidente, prefiere mirar adelante en vez de volver la vista atrás.