El Banco de España pide una reforma laboral tras el "rotundo fracaso" en la reducción de empleo
- El gobernador subraya que los costes del despido descansan solo en las empresas
- Considera que se deben emprender "con urgencia" reformas en las instituciones laborales
- No descarta que la institución tenga que intervenir en alguna entidad financiera
- Advierte a la sociedad española que no puede permitirse un endeudamiento similar
El gobernador del Banco de España, Miguel Angel Fernández Ordóñez, ha achacado a las numerosas ineficiencias en el sistema laboral español el "rotundo fracaso" en el objetivo de reducir el desempleo, por lo que ha insistido en la necesidad de emprender "con urgencia" reformas de las instituciones laborales.
Tras inaugurar unas jornadas organizadas por la Federación de Usuarios de Cajas, Fernández Ordóñez ha apuntado que "la grave crisis de desempleo que estamos sufriendo actualmente debería llevarnos a examinar qué podemos cambiar de nuestro mercado de trabajo".
El gobernador del instituto emisor ha precisado que los costes del despido descansan a cargo exclusivamente del sector privado, lo que desanima la creación de empresas y la contratación en general, si bien se ha mostrado contrario a centrar el debate exclusivamente sobre el abaratamiento del despido.
Asimismo, Ordóñez ha indicado que gran parte de la opinión pública cree, de forma equivocada, que el actual sistema protege a los trabajadores.
En este sentido, ha comparado la actual protección laboral a los trabajadores con la "protección comercial que caracterizó a la economía española en los años cincuenta".
Posible intervención
Además, el gobernador del Banco de España, Miguel Ángel Fernández Ordóñez, no descarta una intervención del Estado en alguna entidad financiera española si fuera necesario, tal y como ha ocurrido en otros países.
Ordóñez ha recordado que llevamos diecinueve meses de crisis durante los cuales se han visto "en todas partes" este tipo de decisiones gubernamentales, aunque ha insistido en que en España "hasta ahora no ha sido necesario rescatar a nadie".
Sí ha admitido la existencia de un problema en el aumento de la morosidad, lo que "afecta a las cuentas de resultados de las empresas", que en cada caso deberán determinar si necesitan o no reestructurarse.
En este sentido, ha señalado que hay distintas maneras de abordar los cambios, una de las cuales es la fusión de entidades y otra, la reestructuración de sucursales, como ha sido recientemente el caso del Santander.
Ordóñez ha querido dejar claro que el Banco de España "ni va a fomentar ni va a impulsar estas operaciones" y ha indicado que todo dependerá de la conveniencia de la operación y de que el sistema financiero sea sólido, "sólo faltaría -ha añadido- que en plena crisis las instituciones financieras no fueran sólidas".
A este respecto, ha señalado que "todos debemos estar contentos si los resultados de las entidades financieras son buenos", aunque ha matizado que "otra cosa es el reparto de esos resultados", ya que hay que tener en cuenta que la crisis es duradera y ese "reparto" no será igual que en años anteriores.
También se ha refereido a la "evidente" caída en la demanda de créditos. Aunque ha admitido que "si se compran menos coches se piden menos créditos", comprende la actitud más cuidadosa de bancos y cajas a la hora de ofrecer financiación.
No más endeudamiento
Fernández Ordóñez también ha advertido a la sociedad española no puede permitirse un endeudamiento similar al experimentado en los últimos años.
El endeudamiento de las familias y empresas españolas, ha detallado, se duplicó entre 1999 y 2007, y en el caso de las empresas pasó del 270% a casi el 600% del excedente bruto de explotación.
Para las familias, el ratio pasó del 60% al 130 % de la renta bruta disponible.
Sin embargo, este excesivo nivel de la deuda ha provocado ya un descenso de la competitividad y es previsible que en los próximos años vivamos un proceso de desapalancamiento o desendeudamiento.
Por todo ello, ha indicado, que es muy difícil que la economía española pueda volver a crecer al ritmo en que lo ha hecho en los últimos años.
En los últimos años, ha recordado también Ordóñez, la economía española ha experimentado un crecimiento espectacular pese a la existencia de "puntos débiles" como el sistema educativo, el desarrollo tecnológico o el mercado laboral.
Ello ha sido posible gracias, entre otras cosas, al menor peso del sector público en la economía, que permitió márgenes empresariales por encima de los de la zona euro.