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La Cámara de Representantes aprueba la versión definitiva del plan de Obama

  • Los demócratas no consiguen sumar a ningún republicano
  • Siete diputados demócratas votan en contra del plan
  • Finalmente son 787.000 millones para estimular la economía
  • Menos dinero para educación y más para infraestructuras
  • El Senado votará el mismo texto en unas horas
  • Si el Congreso da luz verde, Obama firmará su plan el lunes

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Amanecer en el Capitolio de Washington
Amanecer en el Capitolio de Washington

La Cámara de Representantes de los Estados Unidos ha dado el visto bueno definitivo al plan de estímulo de Obama. Por 246 votos a favor y 183 en contra, los diputados han aprobado el texto armonizado de las dos cámaras.

Son 787.000 millones de dólares para dar un empujón a la economía, sacarla de la recesión y crear o salvar hasta cuatro millones de empleos. Menos que la versión inicial de la cámara baja o el Senado, pero más que el objetivo que se marcó Obama en un principio: 775.000 millones. Aproximadamente dos tercios son para inversión y gasto público. El tercio restante son recortes e incentivos fiscales.

Al igual que la primera votación en la cámara baja, ningún republicano ha dado su respaldo. No obstante, el plan ha recibido más apoyo de los demócratas: esta vez sólo se han opuesto siete diputados del partido en el Gobierno. Se espera que el Senado vote el texto en las próximas horas. Si también da luz verde, Obama podrá firmar su principal apuesta política este mismo lunes. Es la respuesta a la urgencia que ha pedido para afrontar la peor crisis desde la Gran Depresión.

El coste político del plan

El trámite parlamentario se ha cobrado unas cuantas víctimas. La última, el candidato a la secretaría de Comercio, el senador republicano Judd Gregg, que ayer presentó su renuncia por discrepar con el plan de estímulo.

También ha abierto heridas entre los propios demócratas, soliviantados por los recortes sociales que se han introducido a última hora, en particular en la educación.

Y el propio Presidente ha pagado su precio. Las concesiones que ha hecho los republicanos apenas se han traducido en votos. Los justos para sacar adelante el proyecto en el Senado, donde su apoyo es imprescindible. Y eso a cambio de sacrificios importantes.

Menos dinero del previsto para educación y más ayudas sociales

El recorte más significativo son los cerca de 20.000 millones que se han caído para la construcción de escuelas. La versión final del plan también introduce restricciones  a los 54.000 millones previstos para reparar y renovar el sistema educativo. Pero en conjunto, la educación recibe cerca de 100.000 millones de dólares, el mayor impulso que se ha dado jamás.

También son significativas las partidas para ayudar a los más débiles, especialmente los parados y las familias con menos recursos.

Rebajas fiscales para la clase media

El paquete fiscal ha sufrido cambios una y otra vez, reflejando el pulso entre republicanos y demócratas. Lo más significativo son los 70.000 millones -casi el 9% del plan- para evitar que el Impuesto Alternativo Mínimo afecte a la clase media.

Obama también ha sacrificado parte de su principal promesa fiscal. El cheque de mil dólares para cada familia trabajadora se ha quedado en 800. También se ha caído buena parte del incentivo de 15.000 dólares para los compradores de casas. A cambio, hay alivios fiscales en forma de deducciones por hijo, un cheque único de 250 dólares para los beneficiarios de la Seguridad Social e incentivos para los estudiantes, aunque menores de lo inicialmente previsto.

Impulso a las energías renovables y las infraestructuras

El plan contempla más de 62.000 millones en gasto directo en iniciativas verdes y otros 20.000 millones en incentivos fiscales. Además, se caen las ayudas al carbón y los proyectos nucleares.

La inversión en carreteras y puentes suma 29.000 millones de dólares. Más de 7.000 millones para la red de banda ancha. Y más de 9.000 millones para desarrollar el tren de alta velocidad y mejorar la red de ferrocarriles.