Redescubriendo a Kate
- El Oscar a la mejor actriz llega tras seis nominaciones
- Su nombre siempre estará unido al personaje de Rose en Titanic
- Llega al Teatro Kodak con el aval de haber ganado dos Globos de Oro y un Bafta
- Más información en el Especial Oscar 2009
Hace ya 12 años que cayó a las heladas aguas del Atlántico norte, pero el gran público sigue identificando a Kate Winslet con Titanic. Su imagen dulce pero intensa la ha convertido en la candidata perfecta para papeles de ensueño, como el de Sylvia en Descubriendo Nunca Jamás.
Su primera oportunidad en la gran pantalla se la dio Peter Jackson, en 1994, con Criaturas celestiales, pero su nombre se hizo popular tras su papel como una de las hermanas Dashwood, en la adaptación de Sentido y Senbilidad de 1995, dirigida por Ang Lee.
A partir de ese momento, todo le vino rodado. James Cameron supo ver en ella la perfecta Rose a la que enamoraría Leonardo DiCaprio a bordo del trasatlántico más grande de la época. Winslet pasó así a formar parte del firmamento hollywoodiense, aunque las numerosas nominaciones que obtuvo por su papel no cristalizaron en ningún galardón.
Año de dobletes
Este es el año del doblete para la actriz británica, que comenzó su carrera recibiendo clases de ballet. Doblete no sólo por el número de películas que ha 'parido' -Revolutionary Road y The Reader (El lector)- sino también por los dos Globos de Oro que ha conquistado por sendas interpretaciones, como mejor actriz y actriz de reparto.
Pero ha sido su papel de Hanna en The Reader (El lector) el que la ha situado entre las cuatro nominadas al Oscar como mejor actriz y le ha llevado a conseguir su primera estautilla.
Una interpretación de mujer dura, hecha a sí misma y carente de toda moral, culpable de atrocidades de las que no siente vergüenza. Su único tormento es, sin embargo, desconocer lo que ansía.
Hacer de Hanna le ha servido a Winslet para reconciliarse con la Academia de Cine británico -que no con los medios de comunicación ingleses-, al ganar el Bafta a mejor actriz hace sólo dos semanas. Sólo en una ocasión anterior había sido galardonada por los académicos de su país: en 1995, por Sentido y Sensibilidad, como mejor actriz de reparto.
En Revolutionary Road, dirigida por su segundo marido Sam Mendes, se reencuentra con Leonardo DiCaprio, su "mejor amigo", para dar vida a una joven pareja harta de la monotonía de los suburbios e incapaz de renunciar al sueño americano. Una interpretación, la de Winslet, basada en el dolor interior y la falta de comunicación.
Eterna aspirante
En los Oscar, la británica tiene cierta experiencia, aunque no como ganadora. Hasta seis veces ha estado nominada -The Reader (El lector) (2009), Juegos secretos (2006), Olvídate de mí (2004), Iris (2001), Titanic (1997) y Sentido y sensibilidad (1995)-.
Pero en esta ocasión, pocos son los que dudan de que será su nombre el que se pronuncie el próximo 22 de febrero, cuando se abra el sobre del Oscar a la mejor actriz del año.
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