Los diseñadores buscan gustar con unas colecciones trabajadas
- Ingenio y originalidad destacan en la jornada dominical de Cibeles
- Ana March rinde homenaje a la Cuba de los años cuarenta
- Por su parte, Lydia Delgado busca su inspiración en el mundo gótico
Cortes estratégicos, pliegues, dibujos de siluetas, estudio de mangas, juegos de líneas, los diseñadores que han desfilado en la jornada dominical de la Cibeles Madrid Fashion Week han agudizado su ingenio y su aguja para investigar nuevas y femeninas formas y atraer a clientes cada vez más exigentes.
De nuevo perfectos, los hermanos Aitor e Iñaqui Muñoz, Ailanto, recibieron el encargo de clausurar el día con unas propuestas inspiradas en el cuento "El príncipe feliz" de Oscar Wilde, que combinaron con una opuesta línea marinera que han llegado a entremezclar.
Como es habitual en sus colecciones, los estampados son una de sus bazas principales. En esta ocasión, y siguiendo el cuento, son dibujos de hidras, princesas, golondrinas, que se mueven en un ambiente mágico.
Frente a esta tendencia, una línea más masculina de amplios abrigos y rayas marineras enriquecidas con grandes botonaduras. Este contraste de líneas se produce también en los tejidos con rígidas chaquetas acompañadas de vaporosas faldas en una pasarela ambientada con grandes espejos, un dibujo de Praga y las estatuas del Príncipe y la golondrina.
March y la Cuba de los 40
La Cuba de los años 40 es el hilo conductor de la colección con la que Carmen March ha querido rendir homenaje a dos mujeres Diana Vreeland, icono de estilo de la época, y Carmen Miranda.
Con mucha costura y más lujosa de lo que tiene acostumbradas a sus seguidoras, ha hecho una revisión de paillet y lentejuelas a los que, brillantes o mates, ha dado un aspecto más moderno, así como a sus encajes entolados sobre paño, faldas de bucle gomado, chaquetas con mucha sastrería y vestidos con pequeños volantes. Todo ello, con turbantes y a ritmo de mambo.
Desde que emprendió su camino en solitario, Ana Locking ha querido crear colecciones más reales y así ocurre en "Miracle", que agrupa propuestas muy femeninas, en las que se producen contrastes de tejidos y tendencias. Chalecos de lujosa organza se combinan con pantalones pitillo de aires roqueros y la seda ennoblece tejidos más sencillos.
La diseñadora ha querido en esta colección "milagrosa" hacer una investigación de lo español y envolverlo en la modernidad a través de una revisión de los volantes que cruzan el cuerpo, tanto en vestidos de seda para la noche como en los de fieltro, tejido muy presente en la colección.
Las licencias de Lemoniez
Quizá más sobrio si cabe que en otras ocasiones, Lemoniez se ha permitido una única licencia en un desfile en el que nada sobraba ya que la existencia de lo superfluo era absoluta. Esta licencia ha sido la inspiración en la sicodelia de los años 70 para confeccionar unas prendas de brillantes lentejuelas en negro y blanco con el dibujo de la cabeza que creó el director de cine Iván Zulueta para un local de San Sebastián.
También se atrevió con las plumas de avestruz para las mangas y con los abrigos de marabú en color fresa. En el primer desfile de la tarde, Miriam Ocariz ha mostrado que le gusta la anatomía y el dibujo en unas prendas en las que ha jugado con las líneas a través de puntadas que le han servido para crear piezas estructuradas que marcan el cuerpo y que a la vez son muy femeninas en una contradicción que se produce también en la mezcla constante de tejidos.
Miriam Ocariz, que ha trabajado especialmente las mangas y ha introducido grandes lazos, ha sacado pata de gallo, tonos negros, rojos, mostaza y un estampado que marca la temporada realizado con dibujos de perlas en blanco y negro.
Inspiración gótica de Lydia Delgado
Por la mañana, Alma Aguilar, siempre romántica, presentó una colección de vestidos vaporosos en un ambientado salón palaciego para el que vistió a las modelos con volantes en organza, muselina de seda, mikado, jaquard y damasco de seda.
Con toque marcial desfiló Antonio Alvarado que combinó aires militares con formas femeninas e incluso con un estilo marinero. Gustaron sus vestidos de seda largos en tono marfil con amplio vuelo y adornados con aves en el cuello que, al despegarlos, caen en cascada formando una abultada cola.
La catalana Lydia Delgado mostró una colección de inspiración gótica, con cortes precisos que dibujan planos geométricos y profusión de maxicuellos de tafetán de seda plisada en acordeón -tipo cervantino- que coronan vestidos largos con estampados orientales realizados a mano en tonos pastel. Antifaces, gorros de nazareno en charol negro, tocados con plumas y puntillas y velos sobre el rostro para ambientar.
Kina Fernández
ha vestido a la Katherine Hepburn de "La Gran Aventura de Sylvia", en una vuelta a lo urbano sofisticado con un renovado traje de chaqueta masculino.