El primer satélite para estudiar el CO2 cae al océano Antártico por un problema en el lanzamiento
El satélite "Observatorio Orbitador del Carbono" (OCO), lanzado desde la base Vandenberg de la Fuerza Aérea de EE.UU. en California, no ha alcanzado su órbita debido a un problema minutos después del despegue en el cohete Taurus que lo transporta, según la NASA. El satélite ha caído en el océano Antártico.
Los responsables del lanzamiento han declarado que el cohete experimentó una contingencia al no desprenderse, como estaba previsto, la cofia que protege la carga después del despegue.
Tras el lanzamiento, el observatorio debía situarse en una órbita polar a 704 kilómetros de la Tierra, algo que no ha ocurrido.
"El vehículo se ha caído en el océano cerca de la Antártida", ha dicho John Brunschwyler, el gerente del programa de cohetes Tauro fabricados por la empresa privada Orbital Sciences Corp., en una conferencia de prensa.
Era la primera vez que la NASA utilizaba el lanzador para poner uno de sus satélites en órbita.
"Después de unos minutos de vuelo, los responsables del lanzamiento han informado de un imprevisto, cuando el módulo no se ha podido separar" del cohete, según un comunicado de la NASA.
Medir el dióxido de carbono
Este satélite iba a recoger las medidas exactas globales de dióxido de carbono (CO2) en la atmósfera de la Tierra desde una órbita polar a unos 700 kilómetros de nuestro planeta. Los científicos iban a analizar los datos para mejorar y entender los procesos naturales y las actividades humanas que regulan las abundancia y distribución del CO2, causante del efecto invernadero.
"Mejorará de forma dramática los datos globales sobre el dióxido de carbono y realizará alrededor de ocho millones de mediciones cada 16 días durante al menos dos años", había explicado la agencia en una nota.
Este entendimiento mejorado permitiría hacer predicciones más acertadas para los cambios futuros en la abundancia y distribución del CO2 en la atmósfera y el efecto que esos cambios pueden tener en el clima de la tierra, según la agencia espacial americana.