Las diferencias sobre el proceso de paz impiden el acuerdo entre Livni y Netanyahu en Israel
- Livni no acepta la oferta de Netanyahu de crear un Gobierno de unidad nacional
- La líder centrista acusa a Netanyahu de no admitir la creación de un estado palestino
- Netanyahu dice que culpará a Livni si tiene que pactar con la ultraderecha del país
El líder del partido nacionalista Likud, Benjamín Netanyahu, y la del centrista Kadima, Tzipi Livni, no han llegado a un acuerdo para la formación de un Gobierno de unidad nacional por divergencias sobre el proceso de paz.
"La visión de dos Estados (para dos pueblos) no es un mero eslogan. Unidad nacional no es meramente sentarse en el Gobierno, sino un camino en conjunto", ha dicho Livni al salir de la reunión, con la que aparentemente puso fin a los contactos políticos entre ambos.
Los dos dirigentes se han reunido en Tel Aviv, por segunda vez en menos de una semana, para estudiar la posibilidad de alcanzar un pacto que les permitiera formar un Gobierno de unidad nacional, pero, como en la anterior reunión, Netanyahu no consiguió "tentar" a Livni con sus generosas ofertas de puestos ministeriales.
Netanyahu le ha ofrecido "una completa e igual participación en el proceso de paz", según ha informado el diario 'Haaretz', pero según la mandataria del Kadima no se ha comprometido a cumplir la idea central del proceso de paz de Annapolis: crear un Estado palestino al lado de Israel.
Ya antes de la reunión, fuentes de los dos partidos habían advertido de que sería "protocolaria" y que había pocas posibilidades de que de ella saliera un acuerdo.
Según el 'Haaretz', la entrevista respondía a que Netanyahu "quiere demostrar que ha intentado todas las opciones para comprometerse con Livni con ofertas generosas y sin precedentes".
Así -añade el diario- volcará en su rival política toda la responsabilidad pública a la hora de tener que hacer concesiones a los partidos de extrema derecha y ultraortodoxos con los que negocia su futura coalición.
El líder del Likud obtuvo hace una semana el encargo de formar Gobierno, a pesar de que su partido obtuvo en las elecciones del 10 de febrero un diputado menos que el Kadima, con 28 escaños.