El PPdeG acude a las urnas dispuesto a dar la sorpresa mientras el bipartito teme la abstención
- Los gallegos eligen entre la vuelta del PP o la reedición del pacto entre PSdeG y BNG
- Núñez Feijóo ha repetido en sus mítines que quiere "un Gobierno para todos sin siglas"
- Emilio Pérez Touriño ha subrayado que "quedarse en casa es votar al PP"
- Rajoy y Zapatero han viajado varias veces a Galicia para arropar a sus candidatos
- La campaña gallega se caldeó con las fotos de Anxo Quintana en un yate
Han sido dos semanas de mítines, kilómetros y promesas salpimentadas con fotos de yate y otras polémicas. El 1 de marzo, los gallegos eligen entre el regreso del Partido Popular o la reedición del bipartito. Las últimas encuestas apuntan a que el PSdeG y el BNG podrán mantenerse en la Xunta. Pero el candidatao del PPdeG, Alberto Núñez Feijóo, no tira la toalla.
El sustituto de Manuel Fraga está convencido de que no hay nada decidido para el 1 de marzo y de que "hay partido" para lograr en las primeras elecciones a las que se presenta la mayoría absoluta. Objetivo para el que ha recorrido toda Galicia en su empeño de dar la sorpresa.
El candidato socialista, Emilio Pérez Touriño, sabe que esa posibilidad existe y por eso ha centrado sus esfuerzos en movilizar al electorado y luchar contra la abstención. Por su parte, el candidato del BNG, Anxo Quintana, ha incidido en que su partido es "del pueblo" gallego y "no una franquicia de Madrid", como el PP y PSOE.
La campaña de Núñez Feijóo
Alberto Núñez Feijóo y Mariano Rajoy se repartieron en diciembre del pasado año la presencia en el territorio, para recuperar votos allí donde fuese posible, sobre todo en el rural, Lugo y Ourense, y afianzar y aumentar electorado en A Coruña y Pontevedra, única forma de lograr la mayoría absoluta (38 diputados) y, por lo tanto, gobernar.
De este modo, y debido fundamentalmente a la escasez de recursos, la presencia de Mariano Rajoy, María Dolores de Cospedal, Soraya Sáenz de Santamaría, Alberto Ruiz Gallardón y Esteban González Pons, aunque en menor medida, ha sido constante en las últimas dos semanas en Galicia, aunque casi siempre por separado de Alberto Núñez Feijóo.
Las sospechas que envuelven a distintos dirigentes del PP han provocado que visitas anunciadas se hayan cancelado, aunque el motivo oficial no hayan sido las investigaciones judiciales, como es el caso de Esperanza Aguirre y de Francisco Camps, principalmente.
Actos sectoriales por la mañana, en los que el candidato ha ido desgranando su programa electoral, han servido para intentar trasladar a la opinión pública que la rebaja de impuestos, especialmente para las rentas medias y bajas, la austeridad del gasto en la Administración y la lucha contra el desempleo y la crisis son sus propuestas principales para gobernar tras el 1 de marzo.
Además, el líder del PPdeG ha destacado en cada uno de sus mítines, varios al día, con uno principal por la tarde-noche, que persigue un "Gobierno para todos y sin siglas", como de hecho publicita su campaña, en la que al lado de un enorme "Feijó009" se lee un pequeño "PP".
La campaña de Pérez Touriño
El alcalde socialista de Burela, Alfredo Llano, es, tal vez, uno de los miembros del PSOE que más seguro tiene que el PP no regresará a Galicia tras las elecciones del 1 de marzo. En una cena con periodistas, Llano, mago aficionado, dijo "esto es lo que le va a pasar al PP el 2 de marzo", cogiendo un pañuelo rojo que guardó al cerrar el puño. Luego abrió la mano y lo hizo desaparecer con asombrosa facilidad, ante la mirada atónita de los comensales.
Pero tanto el propio candidato como el resto de líderes que le acompañaron en cada mitin no se fían tanto. Desde la apertura de la campaña en Santiago, Emilio Pérez Touriño se ha esforzado en pedir la participación, consciente de que, al igual que hace cuatro años, una cita masiva con las urnas puede ser decisiva para que conserve la Presidencia de la Xunta. "Quedarse en casa es igual que votar al PP" o "los populares quieren ganar con la gente en casa" son algunas de las proclamas que el candidato a la reelección ha reiterado hasta la saciedad en cada mitin.
En los cerca de 4.500 kilómetros que ha recorrido la caravana socialista, Pérez Touriño ha desgranado numerosas propuestas de carácter social, que ha confrontado con lo que considera falta de ideas del PP o sus pretensiones de abaratar el despido o recortar derechos, según explicó en cada acto electoral.
Arropado por José Luis Rodríguez Zapatero en tres ocasiones en campaña, Pérez Touriño apenas ha tenido críticas directas a sus socios del BNG, aunque sí intentó distanciarse cuando dijo que nunca pasará "por el aro" de la imposición lingüística, "ni de unos ni de otros".
Por si la magia del alcalde de Burela no llegase para derrotar al PP, Pérez Touriño ha preparado un final de campaña de vértigo: la vuelta a Galicia en un día recorriendo las cuatro provincias en busca del voto de los gallegos, a los que dijo que no renuncia a obtener una "mayoría" para gobernar "sin ataduras".
La campaña de Anxo Quintana
La campaña se caldeó en su recta final, hasta entonces sólo réplicas y contrarréplicas de uno y otro partido, como si de un juego de tenis se tratase porque el BNG sólo ha tenido un adversario en estos quince días, el PP y sus líderes, Rajoy en Madrid y Feijóo en Galicia.
Sólo hubo un conato de incendio entre PSOE y BNG, los socios del actual bipartito, cuando el pasado lunes el presidente de la Xunta aseguró que gobernaría sin "ataduras lingüísticas", pero ni con ese mensaje se consiguió una crítica dura por parte del líder de los nacionalistas gallegos, Anxo Quintana, quizás porque seguía su máxima proclamada durante toda la campaña, "paciencia".
Pero, quedaban cuatro días para el cierre de campaña y los nervios de los diferentes partidos empezaban a jugar malas pasadas. El día que Quintana cumplía 50 año, dos medios de comunicación publicaban una foto suya en un yate en compañía del propietario de la constructora San José, Jacinto Rey.
Fue la jornada en la que se marcó el punto de inflexión y la campaña adquirió mayor agresividad en boca de Quintana, que acusó a Feijóo de "mentir, calumniar, difamar" y de decantarse por hacer "política de paparazzi".
Pasó así de poner el énfasis en el programa del BNG, en su labor en tres años y medio de gobierno y en la necesidad de continuar el cambio iniciado a criticar duramente la utilización que de su vida personal estaba haciendo el PP.
Más de 4.000 kilómetros, mítines en las siete ciudades gallegas y en municipios como Zas, Burela o Carballo han dejado al candidato nacionalista sin voz, con un fuerte cansancio acumulado y con siete kilos menos, pero aún así su llamada a la movilización "masiva" no bajó de intensidad.