Felipe González pide la apertura de un debate sobre la energía nuclear a nivel europeo
- González cree que es "un error dramático" no debatir acerca de la energía nuclear
- Así lo ha manifestado en la conferencia de presidentes de Parlamentos europeos
- El ex presidente cree "imprescindible" una política energética común de los 27
- Cree que la crisis es una "oportunidad" para estudiar los problemas de fondo de la UE
El ex presidente del Gobierno español Felipe González ha reclamado la apertura de un debate a nivel europeo acerca de la energía nuclear. González, acutal presidente del grupo de reflexión sobre el futuro de la Unión Europea, considera que debe tratarse este tema en el marco de la política energética comunitaria y la lucha contra el cambio climático.
"Se me interpretará que defiendo la energía nuclear. Se puede pensar que creo que es más razonable que otros usos, pero ese no es el problema. No estoy diciendo que se use, sino que se discuta", ha argumentó González durante su intervención en la conferencia de presidentes de Parlamentos europeos celebrada este sábado en la Asamblea Nacional francesa.
"Es un error dramático que no se quiera debatir de la energía nuclear, a favor o en contra, pero lo esencial es tener un debate", ha añadido González.
En su opinión, la Unión Europea no puede estar "aislada" ni "excluirse" del debate de la energía nuclear, sobre todo cuando cada vez habrá más países que recurran a este tipo de fuente energética.
Además, ha alertado de que hay países en Europa que retrasarán 25 años sus programas de lucha contra el cambio climático debido a esta ausencia de debate.
La política europea común es "imprescindible"
El ex presidente del Gobierno ha advirtido igualmente que sería un error "apearse" del objetivo fijado por la Unión Europea de lograr el llamado triple 20 en 2020 (reducción del 20% de emisiones, 20% de ahorro energético y 20% de uso de renovables) ahora que el petróleo está más barato porque, a su juicio, cuando la economía mundial vuelva a crecer de nuevo al 3% nos encontraremos con otra crisis de oferta en materia energética.
Aunque Felipe González ha admitido que él es partidario de aplicar el principio de subsidiaridad y descargar a la UE de algunas de las competencias que podrían volver a los Estados, ha considerado "imprescindible" que los 27 se encaminen hacia una política energética común.
Durante su intervención, que se ha prolongado durante unos 45 minutos, González se ha refirido igualmente a la actual crisis económica internacional y ha pedido evitar la "tentación" de creer que una "hiperregulación exagerada" ayudará a resolver los problemas de funcionamiento de las instituciones financieras.
Para ilustrar su tesis ha utilizado un ejemplo del Quijote; en concreto, González ha citado una frase de Don Quijote a Sancho Panza cuando éste creía que iba a gobernar la ínsula de Barataria: "Amigo Sancho: Pragmáticas, pocas y que se cumplan", ha recordado González, que, en esta línea, ha defendido "pocas normas y que se cumplan".
También se ha mostrado más partidario de una mayor coordinación global y más coherencia antes que de multiplicar las reglas financieras internacionales.
"No podemos tener una regulación del mercado financiero en Estados Unidos y otra diferente en América Latina o en Europa", ha dicho el ex presidente español.
Pide propuestas sensatas al G-20
Así pues, ha solicitado al G-20 propuestas "sensatas" para garantizar la transparencia en los movimientos de capital y una previsibilidad en los comportamientos de los flujos.
Tampoco ha recomentado prohibir las operaciones a futuro por el hecho de que en el pasado hayan disparado, por ejemplo, el precio del petróleo.
"La iniciativa económica y de mercado hay que respetarla, forma parte del dinamismo de la economía", ha argumentado tras reclamar la limitación de los movimientos especulativos.
González ha expuesto a continuación las que deben ser prioridades de la Unión Europea, entre las que mencionó la necesidad de acometer reformas estructurales y una mayor coordinación para que las medidas nacionales frente a la crisis no se lleven a cabo "en orden disperso".
"La crisis nos obliga a un baño de realidad", ha señalado. En todo caso, cree que la crisis es un "riesgo" pero también una "oportunidad" para estudiar los problemas "de fondo" de la Unión.