Un médico acusado de abusos cree que "la mejor manera de explorar es sin la ropa"
- Giovanni Elmer O.P. asegura que acostumbra a "examinar a flor de piel"
- No obstante, afirma que siempre ha actuado profesionalmente
- La Fiscalía pide 25 años de cárcel y la acusación particular diez
- Las víctimas, con secuelas psicológicas, se sienten "humilladas"
El médico acusado de haber abusado en 2007 sexualmente de cinco pacientes, Giovanni Elmer O.P, ha asegurado en el juicio de la Audiencia Provincial de Madrid que él acostumbra a "examinar a flor de piel", ya que "la mejor manera de explorar es sin la ropa", pero que en todo momento actuó profesionalmente.
El médico, para el que la Fiscalía pide 25 años de cárcel y la acusación particular diez, ha negado que, como recoge el informe provisional, "guiado por un ánimo libidinoso" ordenara desnudarse a cinco pacientes, "a las que manoseó reiteradamente los pechos, introdujo en ocasiones los dedos en la vagina y el ano y les preguntó por sus relaciones sexuales y sus costumbres en la cama".
El acusado, de origen peruano y que desde 2006 ejercía de residente en el Hospital de León, sustituía el 3 de junio de 2007 a otro médico en el Centro de Salud Coronel de Palma de Móstoles, donde supuestamente ocurrieron los hechos. El procesado ha asegurado que llevó a cabo los exámenes necesarios y que en ningún momento pidió a los pacientes que se desnudaran, sino que le "facilitaran la exploración".
Ha negado además que indagara en la vida sexual de sus pacientes, "sería algo inaudito" ha dicho, y que les hiciera "ponerse a cuatro patas" ya que ha asegurado ser médico, no veterinario, "y patas tienen los animales".
Las víctimas se sienten "vejadas" y "humilladas"
La versión de las víctimas, que han reconocido que se sintieron "vejadas" y "humilladas", es, sin embargo, muy diferente. Diana G. R acudió a la consulta con molestias de garganta y fiebre, pero según ha explicado hoy en el juicio, el médico nunca le miró la garganta. "Me empezó a palpar el pecho y yo le indiqué que no veía necesario ciertas cosas, pero, claro, uno se fía de su médico, hasta que me intentó bajar los pantalones y cuando yo le contesté bruscamente dio por concluida la consulta", ha explicado.
Cuando Elmer hizo lo propio con Paola S., que presentaba síntomas parecidos, ésta ha asegurado que se "bloqueó" pero que no le dijo nada porque "a fin de cuentas era el médico" y tenía miedo que sólo fueran impresiones suyas.
Con Marimar P., que acudió a consulta aquejada por una infección urinaria, el acusado fue más lejos: "empezó a tocarme de arriba a abajo hasta que llegó a las partes genitales y me introdujo los dedos por la vagina dos veces sin darme ninguna explicación", ha contado y ha explicado que mientras tanto le preguntaba si había mantenido relaciones sexuales y si "había llegado".
María Isabel M.S, también fue víctima de preguntas "vejatorias": "Me preguntó por mis últimas relaciones sexuales, por posturas, que si tenía más de un orgasmo...", ha explicado esta paciente, que presentaba dolores menstruales.
Secuelas psicológicas
Las víctimas, que han coincidido en que les llamó la atención que las pacientes salían de la consulta del médico "disparadas y casi llorando", han tenido secuelas psicológicas después de los hechos.
Lidia E. ha reconocido que no ha vuelto a ningún centro de la Seguridad Social desde entonces, porque le produce "muchísimo asco"; mientras que a Marimar, que no practica relaciones sexuales desde entonces y que ha roto con su pareja, le dan ataques de pánico cada vez que acude al médico.
Esta última fue la que denunció los hechos ante la Policía, cosa que no hizo el resto, que intentaba convencerse de que era una "exploración normal" y porque sentían "vergüenza" de comentar lo que les había pasado en el interior de la consulta. El juicio continuará mañana.