A Saturno no se le ven los anillos
- El planeta está prácticamente de canto, algo que se repite cada 15 años
- Coincide con el cuarto centenario de la primera observación de Galileo Galilei
- Desaparecerán totalmente de nuestra vista el 4 de septiembre
Saturno parece que juega estos días al escondite con una de sus señas de identidad, sus anillos. Apenas son visibles, al estar prácticamente de canto, un fenómeno que se repite cada quince años, y que en esta ocasión coincide con el cuarto centenario desde que Galileo Galilei hiciera su primera observación con un telescopio.
Precisamente, este hito científico que revolucionó hace 400 años la forma de observar el Universo es el que ha marcado las celebraciones del Año Internacional de la Astronomía, tal como ha sido declarado 2009.
Varios escritos evidencian que uno de los grandes descubrimientos del propio Galileo Galilei con su telescopio fue comprobar que Saturno tenía como "unos apéndices raros" a modo de "orejas".
El dato resulta "curioso" teniendo en cuenta que, en este Año Internacional de la Astronomía, el sistema de anillos de ese enorme planeta, el segundo en tamaño del Sistema Solar, apenas es visible desde la Tierra, debido a su posición en esta fechas.
Así lo ha explicado el director del Observatorio Astronómico Nacional, Rafael Bachiller, quien ha añadido que la desaparición temporal del sistema de anillos de Saturno, como si éste fuera un cónyuge que se libera de su alianza, permite "destapar" durante un tiempo al planeta y a sus numerosas lunas, cuyas superficies están, en parte, tapadas la mayoría del tiempo.
Según el experto, "se trata de un buen momento, el actual, para observar la superficie de Saturno y su atmósfera, en donde suceden fenómenos parecidos a los que se producen en otros planetas como Júpiter".
"Hay manchas en la superficie de Saturno que se corresponden con tormentas, y esos fenómenos se pueden estudiar muy bien en estos momentos en que los anillos apenas son visibles", ha añadido Bachiller.
Accidentalmente el mismo Galileo Galilei comprobó en 1612 con su telescopio cómo desaparecían las "orejas raras" que tenía Saturno de lado a lado, como él decía, y de las que no tenía ni idea qué podían ser, de acuerdo a los textos documentados.
"Galileo nunca supo la explicación de ese fenómeno y se desinteresó cuando dejó de ver esos apéndices", ha agregado Bachiller.
La falta de visibilidad de los anillos se produce por "un cruce del plano" a medida que Saturno gira alrededor del Sol, lo que provoca que se vayan colocando de canto a la Tierra.
Los anillos de Saturno son como "donuts" muy delgados, de un espesor de unos cien metros, aunque muy largos, y pueden, de hecho, desaparecer en ciertos momentos al ser observados con un telescopio pequeño.
En los próximos meses, los anillos de Saturno se irán viendo progresivamente más y más delgados hasta desaparecer el 4 de septiembre de 2009, que es cuando se producirá el momento álgido del proceso.
Sin embargo, la observación del planeta en esa fecha no será posible, en contraste con lo que ocurre ahora, debido a que entonces Saturno estará muy cerca del Sol y no se podrá contemplar, pese a que la posición de sus anillos será la más propicia para hacerlo.
Después del 4 de septiembre próximo habrá que esperar otros quince años, para ver a Saturno de nuevo jugar al escondite con sus anillos.