Ojos claros, pelo canoso, 1,80... se busca
- Juan Carlos Monreal está desaparecido desde el pasado 7 de marzo
- Él es sólo un caso de las cientos de desapariciones que se denuncian cada mes
- Cuando sus casos dejan de ser noticia, el cuerpo de élite de la Policía sigue buscando
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Juan Carlos Monreal, ojos claros, pelo canoso, 1,80 de estatura, desapareció el pasado 7 de marzo en Alcalá de Henarés.
"No sé que pensar, me da miedo que haya podido hacer una barbaridad", lamenta su pareja. Ella nos cuenta que no ha movido el coche, que no ha tocado las cuentas del banco y que no se ha llevado nada.
Con las primeras sospechas, la familia decidió denunciar su desaparición. Ahora sólo les queda esperar la llamada de la policía con alguna noticia y pegar carteles para dar a su caso la mayor difusión posible.
Como Juan Carlos, hay otras muchas personas desaparecidas sin causa aparente en España. Según datos de la Sección de Delitos contra las personas, en 2008 se interpusieron 14.000 denuncias por desaparición, de las cuales sólo 1.000 fueron consideradas "inquietantes".
En la memoria quedan aquellos nombres de los casos que han sido más mediáticos: como el niño de 7 años, Jeremy Vargas, desaparecido desde el 10 de marzo de 2007 en Gran Canaria, o el más recientemente caso de la joven sevillana, Marta del Castillo, cuyo cuerpo se sigue buscando desde el pasado 24 de enero, cuando supuestamente fue asesinada a manos de su ex pareja.
Doblemente desaparecidos y olvidados
Cuando los desaparecidos dejan de ser noticia "desaparecen dos veces, cuando se van de la vida de los familiares y cuando les olvida la sociedad", afirma Flor Bellver, psicóloga de emergencias, que colaboradora con la Agrupación de Familiares de Desaparecidos (INTER-SOS), primera asociación que se fundó en España en 1997 para agrupar a los familiares de los desaparecidos.
Juan Bergua, fundador de esta agrupación, lleva doce años buscando a su hija Cristina, que desapareció cuando tenía 17 años en Cornellá. "Estamos como el primer día, no tenemos ninguna pista", explica su padre.
En lo personal Juan reclama la reapertura del caso de su hija para seguir buscando un hilo del que tirar y desde la asociación asegura que están muy satisfechos de los logros que han alcanzado en los en los útlimos años.
"Estoy contento porque hace doce años a mi hija la buscaron 8 policías voluntarios en un vertedero, pero a Marta del Castillo la han buscado con un operativo de 240 personas", un ejemplo, dice Juan de cómo han mejorado los protocolos de actuación.
Fuerzas de seguridad más coordinadas y especializadas, una base de datos única para denuncias y para identificación genética a través de ADN, son algunos de los logros por lo que han luchado los familiares de INTER-SOS, que denuncian que aún hacen falta más medios y formación policial para abordar con eficacia este tipo de casos.
Apoyo, sosiego y autocuidado
En un primer momento ante la desaparición de un familiar lo más importante es rodearse del mayor apoyo social y familiar que se pueda, para abordar todos los procesos que hay que poner en marcha.
"Sosiego y contacto con la realidad. Esto es lo más importante al principio. La mayoría niega los hechos, piensan que lo que está sucediendo no es real, que no les está sucediendo", explica la psicóloga de Flor Bellver.
La experta destaca también la importancia de ofrecer pautas de autocuidado. "Necesitan descanso, tienen que comer, porque el proceso puede llegar a ser muy largo y necesitan economizar su energía", indica.