Rodrigo Ávila, un 'agente federal' con una difícil misión
- Busca la quinta presidencia consecutiva de El Salvador para la derechista ARENA
- Ingeniero graduado en EE.UU., también se formó en el FBI y ha sido jefe de la Policía
- Durante la reciente guerra civil formó parte de los grupos paramilitares
Rodrigo Ávila Avilés, candidato presidencial para las elecciones del 15 de marzo en El Salvador, busca el quinto mandato para la derechista ARENA en un empedrado camino provocado por el desgaste de 20 años de su partido al frente del Ejecutivo y la popularidad de su contrincante.
Ávila, ingeniero industrial graduado en Estados Unidos y antiguo director de la Policía Nacional Civil en dos ocasiones, nació en San Salvador el 25 de junio de 1964 y cuenta con vasta experiencia en cargos públicos durante los anteriores gobiernos de la Alianza Republicana Nacionalista (ARENA).
Está casado en segundas nupcias con Celina Eugenia Denys de Ávila, antigua jefe de inversiones en un banco local. La pareja tiene una niña de cinco años y convive con otras dos de los anteriores matrimonios de ambos.
Da el salto a la política de primer nivel hacia el 2000, cuando entra en el Parlamento. En el 2003 perdió las elecciones para la alcaldía de la ciudad de Santa Tecla (sur) y luego fue nombrado viceministro de Seguridad Pública (2004-2006).
Ávila fue durante muchos años, antes de ocupar cargos públicos, ejecutivo de empresas nacionales y multinacionales de sectores como el petróleo.
En su currículum incluye cursos en la Academia del FBI (Oficina Federal de Investigaciones) de EE.UU. En su juventud, según ha dicho en reiteradas ocasiones, fue integrante de las Defensas Civiles, grupos paramilitares que operaron durante el conflicto armado que sostuvo entre 1980 y 1992 el Gobierno y la guerrilla del Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN), su rival en estas elecciones.
El 15 de marzo del 2008, justo un año antes de las elecciones, Ávila fue elegido candidato del partido derechista que gobierna El Salvador desde 1989 en un clima de división interna y desgaste causado por la grave situación económica y de violencia que impera en el país.