El gobierno paquistaní reconduce la situación con la restitución del presidente del Supremo
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El gobierno de Pakistán ha cedido a la presión y ha anunciado la restutición como presidente del Tribunal Supermo a Iftikhar Chaudhry, después de las manifestaciones que la oposición ha llevado a cabo los últimos en todo el país en un clima de creciente tensión.
De hecho, Estados Unidos --que apoya al gobierno como su aliado clave en la región-- se ha felcitado porque se ha evitado una "grave confrontación".
La decisión, que será efectiva desde el sábado 21 de marzo, la ha anunciado en un mensaje difundido de madrugada el primer ministro Yusuf Raza Gilani, sólo unas horas antes de que llegara a la capital Islamabad la "larga marcha" que en los últimos días ha recorrido el país para pedir la reparación de la cúpula judicial.
Nawaz Sharif, líder de la oposición que encabezaba esa movilización, se ha contentado con el anuncio y ha desconvocado la manifestación. En las calles, todavía de madrugada, cientos de personas han festejado esta "victoria" a las puertas de la casa del combativo juez Chaudhry.
El domingo, la marcha de la oposición en Lahore, la ciudad más importante del este, había sido escenario de los enfrentamientos más violentos desde que se iniciaron las protestas el miércoles.
El primer ministro, que se había reunido por la noche con el presidente, Asif Alí Zardari, y el jefe de las Fuerzas Armadas, general Ashfaq kayani, ha anunciado también la liberación de los numerosos militantes de la oposición detenidos los últimos días. Incluso se intentó sin éxito la detención del propio Sharif.
El juez independiente Chaudhry (60 años) fue destituido en el 2007 por el entonces presidente Pevrez Musharraf. Su sustituto, Asif Alí Zardari, se había comprometido a restituirle en un pacto de gobierno con Sharif, que este rompió por el incumplimiento del mandatario.
Según los analistas, Zardari teme que el jefe de los jueces reactive las investigaciones por corrupción cuando su mujer, la difunta Benazir Bhutto, era primera ministra en los años noventa. En esa época, Zardari se ganó el apodo de Mister 10%.
Escalada violenta
Pakistán, único país del mundo musulmán con capacidad nuclear, sufre desde hace varios años una gran inestabilidad y está sumido en una oleada de ataques islamistas mortíferos. En el 2008, unas 6.700 murieron por la violencia, muchas en atentados suicidas, como el del Hotel Marriot.
EE.UU. considera al país un aliado clave en su "lucha contra el terrorismo" en el vecino Afganistán. Incluso en los últimos meses, sus bombarderos les han perseguido hasta el otro lado de la frontera, en las montañas de Pakistán.
Pero los islamistas también se han hecho fuertes en distritos menos remotos: en febrero, el presidente debió acordar una tregua en el valle del Swat, a 170 kilómetros de la capital, donde los fanáticos quieren imponer la sharía.