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La otra cara del juicio del Fritzl: una 'performance' satírica contra la prensa sensacionalista

  • El dramaturgo Hubsi Kramar han montado una 'performance' a las puertas del juzgado

Actores con beb

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Comienza el juicio al 'monstruo de Amstetten'

Entrevistas de unos periodistas a otros y una 'performance' satírica contra los medios han marcado la primera jornada en los alrededores del tribunal de Sankt Pölten de lo que en Austria definen como el 'juicio del siglo' y que ha sentado a Josef Fritzl en el banquillo.

"¿Saben qué hacen 200 periodistas encerrados en una carpa de prensa bajo la lluvia?". Esto que parece el inicio de un chiste es algo verídico: comienzan a entrevistarse unos a otros.

Dada la apatía de los lugareños para repetir a todos los reporteros del planeta qué piensan del caso del jubilado que encerró a su hija en el sótano durante 24 años, los más lanzados comenzaron a pedir declaraciones a sus propios compañeros.

Ante la falta de información y el restringido acceso a la sala del tribunal, las docenas de equipos de televisión desplazados han tratado de entrevistar a todo el que se pusiera en el camino y han grabado todo aquello que les parecía informativo, que no era mucho.

Una 'performance' con muñecos en forma de bebés ensangrentados al ritmo de música wagneriana que después pasó a otros tonos machacones ha sido la atracción matutina mayoritaria.

Lo que parecían no sospechar las decenas de cámaras y fotógrafos era que semejante actuación estaba destinada precisamente a ridiculizar el papel de la prensa sensacionalista por vender el sufrimiento ajeno.

Como una "producción de Hollywood"

Alrededor del edificio del tribunal se han levantado unas barreras policiales custodiadas por decenas de agentes para evitar cualquier intento no autorizado de acceder al edificio, mientras que las estaciones de televisión han levantado sus posiciones en un estrado frente a la entrada.

"Esto tiene poco que ver con la realidad, es un producción de Hollywood. Aquí los medios tratan de llenar una cuota de pantalla gracias al sufrimiento de las víctimas", explicó el polémico dramaturgo independiente Hubsi Kramar a un grupo de periodistas.

El polémico artista es conocido en la república alpina por la mordacidad de sus críticas sociales, que lo llevó antes del juicio a estrenar una obra titulada Pensión Fritzl, que causó un gran revuelo y se convirtió en un ataque frontal contra el amarillismo.

"Las víctimas logran cuotas" fue uno de los eslóganes de ese montaje teatral que mezcló números musicales con proyecciones y actores reales para crear la "sátira mediática definitiva", según sus creadores.

Puesta en escena

Kramar llegó hoy acompañado de dos de los actores de Pensión Fritzl. Uno de ellos, Patrick Huber, apareció con un líquido rojo en la boca que simulaba sangre, vestido con un mono blanco del que prendían innumerables muñecos de bebés desnudos. El actor se dedicó a preguntar a los periodistas: "¿Qué hacen aquí?", como respuesta a sus inquisiciones.

Al mismo tiempo, miembros de la ONG "Resistencia por la paz", se manifestaban con carteles con lemas como "Vergüenza para Austria" por lo que consideran como leyes tolerantes con delitos como la pedofilia.

Esta ONG arrojó al suelo varios muñecos con manchas de sangre, rotos y sucios, para reflejar la situación de los menores que sufren maltratos y abusos.

En el mismo lugar otra protesta era llevada a cabo por un partido de extrema derecha con banderas austríacas en defensa de los menores del país: "protejamos a nuestros niños", rezaba el lema.

Algunos particulares han tratado de aprovecharse del tirón comercial del caso y un hostelero tuvo la idea de servir un filete "Fritzl", un "Fritzl Schnitzel" en alemán. Una carta del ayuntamiento de Sankt Pölten en la que le advertía de las consecuencias le disuadió.