Una 'vacuna-yogur' contra las agujas
- Desarrollan una vacuna oral con probióticos, la bacteria de los productos lácteos
- Ya ha sido probado con éxito en un estudio preclínico en una vacuna contra el ántrax
- La respuesta inmune es mucho más potente que con la clásica inyección
- Además, su producción es más barata y elimina los efectos secundarios
Las temidas inyecciones con aguja podrían tener los días contados. En el futuro, vacunarse contra una enfermedad podría ser tan agradable como beberse un yogur líquido. Además, la comodidad no es su única ventaja, ya que las pruebas lo confirman como una alternativa más efectiva.
La nueva vacuna oral ha sido desarrollada por un investigador de la facultad de Medicina de la Northwestern University Feinberg y el estudio ha sido publicado en la revista Proceedings of the National Academy of Science. La base de su fabricación son los probióticos, la bacteria saludable que se encuentra en productos lácteos como el yogur y el queso.
Hasta el momento, ya se ha utilizado con éxito en un estudio preclínico para crear inmunidad a la exposición al ántrax, en el desarrollo de una vacuna contra el cáncer de mama y en las vacunas para diversas enfermedades infecciosas.
En el estudio contra el ántrax, los ratones fueron alimentados con la nueva vacuna y, a continuación, expuestos a la bacteria. El 80% de los ratones sobrevivieron. "Su respuesta inmunitaria fue mayor y más robusta que con la vacuna inyectada", afirma Mansour Mohamadzadeh, el autor principal y profesor asociado de medicina en gastroenterología en la Escuela Feinberg.
Además de la eliminación del dolor, esta nueva generación de vacunas tiene grandes beneficios. Al llegar directamente al intestino, se aprovecha toda la potencia del cuerpo principal de la fuerza inmune, que se encuentra en el intestino delgado. "Supone un gran avance potencial en la forma de administrar las vacunas", ha indicado Mohamadzadeh.
Respuesta inmune mucho más potente
"Al tragar la vacuna, las bacterias colonizan el intestino y comienzan a producir la vacuna", explica Mohamadzadeh. "Después, la vacuna se envía rápidamente por todo el cuerpo. Al activar el sistema inmunológico en el intestino, se obtiene una respuesta inmune mucho más potente que mediante la inyección de la misma. Las bacterias patógenas se eliminan más rápido".
La mayoría de las vacunas se basan en las proteínas y no mantienen su eficacia después de ser digeridas por el estómago. Sin embargo, el lactobacillus protege hasta que la vacuna se encuentra en el intestino delgado.
Además, los probióticos, que son estimuladores inmunes naturales, eliminan los efectos secundarios que pueden provocar los productos químicos de las vacunas tradicionales en el sistema inmunológico, como mareos, hinchazón del brazo y vómitos.
Y otro punto a favor de esta vacuna oral es su precio, más barato que la producción de las vacunas tradicionales.
Se desarrollan vacunas orales para varios tipos de cáncer
La tecnología de la vacuna de Mohamadzadeh se puede aplicar a otras muchas enfermedades como el cáncer de mama, de colon y el cáncer de páncreas, que pronto se pondrá a prueba en ratones.
Además, esta tecnología también puede ser utilizada para desarrollar una vacuna probiótica para el VIH, la hepatitis C y la gripe, añadió.
Terrence Barrrett, director y profesor de gastroenterología en la Escuela Feinberg, cree que la vía más lógica para la introducción de una vacuna es por el intestino.
"La naturaleza no está acostumbrada a ver a los antígenos inyectados en un músculo", dice Barrett, que también es médico en el Hospital Northwestern Memorial. "El lugar que el cuerpo tiene diseñado para encontrar y montar una defensa contra los antígenos es el intestino".